martes, 26 de julio de 2016

STILL I RISE

Ante todo quiero pedir disculpas a todos los lectores por las últimas semanas de inactividad, concretamente desde el pasado Gran Premio de Canadá, a mediados del mes de Junio. Tanto en mi caso como en el de mi compañero Iker y su sección, Conexión Mesa, otras labores más prioritarias nos han impedido cumplir la agenda tal y como la teníamos prevista. Pero puedo aseguraros que a partir del mes de Septiembre todo volverá a la normalidad. Hasta entonces, y hablo en nombre de mi compañero de escrituras también, intentaremos atender las tareas de este blog en la medida de lo posible, pero eso si, sin poder prometeros nada lamentablemente. Dicho esto y con poco más que añadir al respecto doy paso al que viene siendo mi artículo de hoy. ¡Que ya tocaba!

La del pasado domingo fue una carrera redonda para Lewis Hamilton. Al cruzar la bandera de cuadros el británico no solo consiguió ganar el Gran Premio, consiguió igualar a su compañero de equipo en número de victorias este año y al mismo tiempo superarle por seis puntos en el campeonato, lo que le coloca en la primera posición de la tabla. Consiguió también el que es su quinto triunfo en el circuito húngaro y con ello superar nada más y nada menos que a Michael Schumacher, que ostenta cuatro victorias. Vamos, unas cuantas cifras y datos que hablan en favor del inglés de las flechas de plata y, a su vez, un tanto en contra de su compañero de garaje, Nico Rosberg. Han sido varias ya las ocasiones en las que he dejado caer que personalmente no soy de los que creen que Rosberg pueda estar a la altura de Hamilton como para llegar a arrebatarle un título en condiciones normales. Lo dudo muchísimo. Y a pesar del pedazo de año que se está marcando el alemán el pasado domingo no pudo sino resignarse a presenciar como Hamilton jugaba con él, literalmente, y le adelantaba por la derecha no solo en la salida, también en la clasificación general de puntos.

Al decir que Lewis jugaba con Nico me refiero a la picaresca que utilizó el británico durante la carrera, en la que en algunos momentos iba más rápido y en otros más lento. Más lento porque Hamilton iba guardándose varias décimas en el bolsillo que después sacaba a relucir cuando más le convenía. Como cuando los de Red Bull decidieron hacerles un undercut a los de Mercedes con el monoplaza de Daniel Ricciardo. Ahí el británico reaccionó. También cada vez que Rosberg se le colocaba a menos de un segundo por detrás, porque no tardaba muchas vueltas, o incluso curvas, en volver a estar por encima del segundo y medio. Hamilton le decía al equipo que iba lo más rápido que podía, achacando en ocasiones su falta de ritmo a los neumáticos. Y ya lo decía Pedro de la Rosa durante la retransmisión en Movistar, el inglés podría ser nominado a los Oscar de este año por su actuación en Hungría. En la última vuelta dejó claro que tenía a su compañero totalmente controlado y le dejó acercarse lo que el quiso que se acercara, por decirlo de alguna manera. Pero al cruzar la línea de meta el alemán estaba a más de dos segundos del inglés cuando poco antes habían estado pegados, literalmente. Lo cual, moralmente hablando, creo que ha debido ser un palo para Nico, ya que el verse superado de esta manera después del mundial que se está marcando no debe ser plato de gusto, obviamente. Aún queda mucho mundial por delante, está claro, pero como ya he dicho unas líneas más arriba dudo que Rosberg sea capaz de ganarle un título a Hamilton, y no creo que este año sea el caso. Me gustaría dejar constancia también de que independientemente de lo que acabo de comentar creo que Nico Rosberg es un pilotazo y se merece un título, pero lamentablemente para él no creo que lo consiga teniendo a Lewis Hamilton compartiendo garaje. Hemos cumplido la primera mitad del calendario, y seguro que nos espera una segunda mitad cuanto menos igual de interesante.

Como interesante me está pareciendo también el progreso de McLaren Honda en las últimas carreras. En comparación a lo visto el año pasado estamos viendo como el equipo está dando pasitos adelante y avanzan despacio pero de forma sólida, aunque por experiencia será mejor mantener los pies en el suelo y ver como se desarrollan las próximas carreras. Desde la propia escudería afirman que pretenden luchar por el mundial en 2017, y no sé hasta qué punto esto será marketing, humo o se lo creen de verdad. Yo personalmente me mantengo mucho mas cauto en este sentido, pero me da esperanzas, aunque sean pequeñas, el séptimo puesto conseguido por Fernando Alonso en Hungría en absolutamente todas las sesiones de entrenamientos libres, clasificación, sin importar las diferentes condiciones climatológicas, y carrera, manteniendo a raya por detrás el Toro Rosso de Carlos Sainz. Cierto es que en contrapartida tenemos el caso de Jenson Button, que tuvo que retirarse a pocas vueltas del final tras arrastrar problemas hidráulicos en su coche desde los primeros compases del Gran Premio. También se marcaron una gran carrera los pilotos de Red Bull y Ferrari, aunque los pilotos de la escudería de Maranello finalmente no consiguieron superar respectivamente a sus rivales de las bebidas energéticas, ya que Sebastian Vettel luchaba con Daniel Ricciardo por la última posición del podio y Kimi Räikkönen luchaba con Max Verstappen por la quinta plaza. Una serie de luchas, en ocasiones llevadas al límite, que estuvieron de lo más interesante.

Llevadas al límite por un piloto sobre el que me gustaría rectificar mis propias palabras, escritas en este mismo blog hace ya unos meses. El joven, temperamental y agresivo Max Verstappen. En el momento de su precipitado ascenso a Red Bull, e incluso a su prematura llegada a la Formula 1, yo tenía mis dudas respecto al holandés, principalmente por su juventud y falta de experiencia en la categoría reina. Pero he de reconocer que con el transcurso del campeonato ha demostrado estar a la altura de las circunstancias, comenzando con su victoria en el Gran Premio de España allá por el mes de Mayo. Es un piloto que echa el resto a la hora de adelantar a quien se le ponga delante y que no se lo pone nada fácil a quien le venga molestando y enseñando el morro por detrás. De ahí lo de las luchas llevadas al límite en Hungría. Porque en su batalla personal con Kimi Räikkönen pudimos verle haciendo más de un cambio de dirección para defender su puesto provocando incluso la rotura de parte del alerón delantero del finlandés. Algo similar hizo también durante el pasado Gran Premio de Gran Bretaña en Silverstone, cuando en la vuelta 16 le ganó la posición a Nico Rosberg saliendo de las curvas enlazadas de Becketts. Más allá de esas maniobras un tanto dudosas, las habilidades de este chaval al volante prometen mucho teniendo en cuenta que su trayectoria en la Formula 1 no ha hecho más que empezar.

Y no tendremos que esperar mucho para saber lo que acontece en el siguiente Gran Premio, ya que esta misma semana tenemos carrera otra vez. En esta ocasión será Hockenheim el circuito que acoja al gran circo despúes de que el Gran Premio de Alemania no formara parte del campeonato mundial del año 2015 y, como ya he dicho anteriormente, la cosa está interesante. En este momento pongo fin a este artículo y me despido pero sin saber a ciencia cierta si la próxima semana podré compartir mis devaneos de nuevo con todos vosotros. Ya sabéis, en Septiembre volveremos a retomar todo esto como se merece y os merecéis. ¡Hasta pronto!


Imágenes:
Formula 1, Race Department, Getty Images, Google

Escrito por:
Eder Vega