miércoles, 8 de julio de 2015

DE CÓMO WILLIAMS DEJÓ ESCAPAR OTRA VICTORIA


Tal y como diría James Bond tras bajarse de su flamante Aston Martin DB5 y acercarse a la barra para pedir su habitual cocktail de Martini y Vodka. Agitado, no revuelto. Así fue, por decirlo en pocas palabras, el pasado Gran Premio de Gran Bretaña 2015 celebrado sobre el asfalto del mítico Silverstone, para satisfacción de Mercedes y en detrimento de la poco ambiciosa, a mi parecer, Williams. En el artículo de hoy voy a centrarme en lo sucedido dentro de las filas del equipo de Grove.

Se apagaba el semáforo tras la tradicional vuelta de formación de los monoplazas antes del gran momento. Entonces sucedió algo que ninguno de nosotros podíamos esperarnos. De hecho, me atrevería a decir que ni siquiera ellos mismos se lo esperaban. Los dos pilotos de Williams, Felipe Massa y Valtteri Bottas, protagonizaban una salida magnífica y se colocaban por delante de los dos Mercedes, Lewis Hamilton y Nico Rosberg. El brasileño conseguía colocarse en primera posición, el británico sacaba los dientes para mantenerse segundo y el alemán se veía relegado a la cuarta plaza tras perder el último cajón del podio a favor del finlandés. Dicho así incluso podría parecer un chiste.

"Se abre el telón y aparecen un brasileño, un británico, un finlandés y un alemán..."

Y sin ánimo de ofender, la estrategia que siguieron los de Williams Martini Racing parecía más un chiste que otra cosa. Creo que ellos mismos dejaron escapar una carrera que tal vez podrían haber ganado de haber jugado mejor sus cartas. Puede que sea por falta de ambición, o de claridad en sus ideas. Quizá solo hayan tomado las decisiones equivocadas, pero lo que si es cierto es que ésta no es la primera vez que algo así les sucede a los de la legendaria escudería. Algo inadmisible para cualquier equipo con el objetivo de ganar carreras y luchar por títulos mundiales. ¿Puede que ese sea su problema?, ¿Que se hayan conformado con ser los segundos, terceros o cuartos de la parrilla?. Personalmente creo que una de las trabas más importantes de Williams reside en uno de sus dos garajes, y su nombre es Felipe Massa. El brasileño tiene un problema, y es que es incapaz de soportar que su compañero de equipo le adelante, sea quien sea. Es decir, intentando cerrarle la puerta a su compañero de filas pueden sobrepasarle otros siete pilotos, pero mientras no le supere quien conduce el mismo coche que el no se preocupa, o al menos esa sensación es la que me transmite. Tras 52 vueltas y una carrera de lo más interesante y divertida gracias a la lluvia, la más interesante y divertida del año hasta el momento, Lewis Hamilton ganaba el Gran Premio de casa ante su público, Nico Rosberg terminaba segundo cerrando así otro doblete para las flechas de plata y Sebastian Vettel ocupaba la tercera y última posición del podio con su Cavallino Rampante. ¿Y dónde acabaron los Williams? pues Felipe Massa cuarto y Valtteri Bottas, para alegría del paulista, quinto.

Da la sensación de que los de Williams están recuperando parte del terreno que Ferrari les había ganado desde el inicio de la temporada, pero si de verdad pretenden ganar carreras, o al menos luchar por ganarlas, creo sinceramente que deberían replantearse ciertas cosas de manera interna. A pesar de una salida brillante, yo diría incluso que al nivel de aquellas grandísimas salidas de los Renault en sus años de gloria, y un inicio de carrera bastante prometedor, todo eso se vino abajo por una mala gestión desde el muro de los de Grove. Porque una victoria en la Formula 1 no es algo que se pueda dejar escapar todos los fines de semana. Dicho esto, me gustaría poner el punto final a este artículo concluyendo el "chiste" que unas líneas más arriba he dejado a medias.

"Se abre el telón y aparecen un brasileño, un británico, un finlandés y un alemán.

Y Williams pierde la carrera"



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