El Gran Premio de Singapore 2014 no dejó indiferente a nadie, como es habitual cada año en la que para los pilotos es la carrera más difícil del calendario, física y psicológicamente hablando. Los problemas de Nico Rosberg previos al inicio de la carrera y posterior abandono. La gran victoria de Lewis Hamilton, con la que conseguía colocarse líder del mundial tres puntos por encima de su compañero de equipo. El buen rendimiento, o al menos no tan malo como en carreras anteriores, mostrado por los dos monoplazas de la Scuderia Ferrari. El hecho de que Sebastian Vettel acabase la carrera por delante de su compañero Daniel Ricciardo, algo que no ha sucedido en muchas ocasiones este año. Son algunas de las anécdotas en las que podríamos recrearnos hoy en el blog, pero mi intención se enfoca en otras polémicas que han rodeado al gran circo los últimos días. Polémicas teñidas de color rojo, para variar.
Al parecer durante los días previos a la celebración del Gran Premio de Singapore se filtraron algunos rumores que llegaban nada más y nada menos que desde Italia. Entre otras cosas se comentaba la posibilidad de que el próximo año se produjera una especie de trueque entre Ferrari y Red Bull, en el que Sebastian Vettel llegaría a Ferrari para ocupar el asiento de Fernando Alonso y éste recalaría en Red Bull para llenar el hueco que el alemán dejaría libre. Más allá de la veracidad de éste rumor, que los propios pilotos implicados ya desmintieron en su momento, el problema no es el rumor en sí, o cualquier otro bulo similar de tantísimos que han circulado por el paddock, si no la cantidad de filtraciones y revuelos que sacuden al Cavallino Rampante cada semana. Todo ello unido al gran cambio interno que se está viviendo dentro de la Scuderia, la falta de buenos resultados y un gran cúmulo de circunstancias, situaciones y declaraciones que se elevan a los cuatro vientos hacen que no se preste atención a lo que realmente lo merece, y hacen que el futuro del equipo sea más bien incierto. La dimisión de Stefano Domenicalli hace ya varios meses, la reciente dimisión de Luca Di Montezemolo, muchos cambios, muchos nombres, demasiado alboroto. Lo que yo me pregunto es si tanto terremoto interno beneficiará o no a la Scuderia, que claramente ha perdido el Norte y no ofrece visos de poder encontrarlo a corto plazo. Algo que me gustaría destacar es el sorprendente hecho de que en numerosas ocasiones el objetivo de esas filtraciones que se hacen eco en el paddock es el propio Fernando Alonso, tachándole de culpable de los problemas de la escudería roja o sugiriendo el despido inmediato del piloto por no haber conseguido ningún título en estos cuatro años y provocando que la mítica Ferrari haga el ridículo año tras año. Yo personalmente creo que la situación es totalmente inversa, que es Fernando Alonso quién está consiguiendo que Ferrari no haga realmente el ridículo, poniendo el coche siempre un poco por encima de donde debería estar. Me parece que decir tal cosa es un claro síntoma de ceguera, pero cada cual puede tener su opinión y todas son respetables. También es destacable el hecho de que por el contrario no se hable de Kimi Räikkönen y sus pobres resultados conseguidos este año, o del pobre rendimiento de Ferrari en Monza sumado al abandono de Alonso, o de la ya mencionada dimisión de Montezemolo. En resumen, ¿Serán todo cortinas de humo lanzadas por la propia Scuderia para tapar aquello de lo que no quieren que se hable?. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
El pasado Jueves Fernando Alonso se plantaba ante los medios de comunicación y lanzaba algunas palabras en respuesta a todos esos rumores que sobrevolaban la Formula 1. Daba la sensación de estar cansado, quemado de tener que plantar cara ante tanta palabrería, y de alguna manera amenazaba con hablar, con desvelar la realidad de lo que ha pasado dentro del equipo los últimos años. Aseguraba que no tenía nada que decir, y que en caso de hacerlo lo haría en las próximas semanas. Advertía de que a muchos podría no gustarle lo que tuviera que decir, pero también afirmaba que después de haber callado tanto finalmente llegaría la hora de desahogarse. Hace unas semanas, concretamente durante el Gran Premio de Italia, el asturiano ya aseguró que lo que quiere es ganar, preferiblemente con Ferrari, pero que en definitiva su objetivo es únicamente ganar. Si bien en su momento dije que estaba convencido de que Fernando Alonso seguiría vistiendo de rojo en 2015, ahora he de decir que ya no estoy tan seguro. Creo que el ovetense ha tragado y soportado mucho desde que llegó a la Scuderia, y está claro que todo ese revuelo que se ha organizado internamente con dimisiones, sustituciones, infinidad de rumores y movimientos extraños no ayudan a mejorar el ambiente. El hecho de que el mismo sea el objetivo de todos los puntos de mira de los francotiradores de los medios de comunicación es algo que seguramente no le hará ninguna gracia, ya que en numerosas ocasiones se le apunta de manera negativa, y tener que lidiar con monoplazas que nunca han estado a la altura de los de sus rivales es un aliciente más. Está claro que en este momento el mercado no está muy abierto y las opciones son escasas, pero a riesgo de poder equivocarme, nunca se sabe en el mundillo de la Formula 1. En resumen, creo sinceramente que toda esa densa niebla que se ha creado en torno a la Scuderia no hace si no dañarla aún más y provocar que el futuro cercano se vea más bien borroso, pero veremos como afecta todo ello al equipo y como se desarrollan las cosas de aquí en adelante.
No quiero extenderme mucho más y seguir dándole vueltas a lo mismo. Está claro que Ferrari está sufriendo este año en una de sus peores temporadas en la Formula 1, si no la peor de todas. Fernando Alonso demuestra cada fin de semana el talento y las manos que tiene, colocando el F14-T muy por encima de su posición real. Por el contrario Kimi Räikkönen está brillando este año por su ausencia alegando problemas de adaptación al monoplaza, aunque después de catorce carreras y siete meses de competición ya ha tenido tiempo más que de sobra para adaptarse. Hace unos meses veíamos como Stefano Domenicalli dimitía de su cargo, a mi parecer no de forma voluntaria. Lo mismo ocurría recientemente con Montezemolo. Nombres que van y vienen, promesas que nunca se cumplen, filtraciones interesadas y un sinfín de situaciones un tanto absurdas. Creo que hay cosas mucho más importantes en las que centrarse, y si la propia Scuderia Ferrari es, como ya he mencionado antes, el origen de toda esa rumorología que se extiende con la única intención de crear cortinas de humo, utilizaría un famoso dicho que todos conoceréis, aunque aplicándole ciertos cambios para adaptarlo a este caso concreto... Y es que por la boca muere el Cavallino.
Eder Vega
Formula Paddock
23/09/2014