martes, 31 de mayo de 2016

APOSTANDO BAJO LA LLUVIA


No sé a vosotros, pero a mí la carrera del pasado domingo en Monte Carlo me pareció realmente interesante y divertida. Con algunas excepciones, eso si. Ya he comentado varias veces que más allá del glamour, el postureo, lo especial y lo histórico del Gran Premio de Mónaco las 78 vueltas del domingo por lo general me suelen parecer monótonas, y esto es debido a que el 80% de su resultado se decide ya el sábado en la clasificación, la más trascendente de todo el año sin lugar a dudas. No es un circuito propicio para los adelantamientos, aunque si hace que brillen los pilotos con mejores manos y las grandes estrategias cobran mayor protagonismo. Son carreras con un enfoque diferente, al menos desde mi punto de vista. Mejor dicho, son fines de semana con un enfoque diferente, ya que el tan mítico como técnico circuito urbano de Monte Carlo tiene un buen número de características propias que lo hacen único. Pero este año el trazado monegasco nos ha brindado una bonita carrera en la que no han faltado incidentes, sorpresas y decepciones. Si, decepciones. Ya he dicho unas líneas más arriba que había algunas excepciones. Esta es mi crónica del Gran Premio de Mónaco 2016. ¡Comenzamos!

La lluvia caía sobre el asfalto y auguraba un Gran Premio de lo más prometedor al menos en lo que a espectáculo se refiere, ya que lo convertía todo en una alocada lotería, pero unos minutos antes del inicio del evento se anunciaba lo que ya era más que previsible. Podríamos considerarla como la primera decepción, la pequeña. Y esque el señor Charlie "Precavido" Whiting decidió que se diera la salida detrás del safety car. Esta decisión es discutible como en tantas otras ocasiones anteriormente. Obviamente la seguridad es lo primero, pero creo que las autoridades responsables de tomar este tipo de decisiones habitualmente se curan en salud y toman precauciones en exceso, y a lo largo de los últimos años se han cargado, por decirlo así, inicios de carrera que para nada necesitaban la presencia del famoso coche de seguridad. El momento de mayor tensión de todo el fin de semana se convierte en algo parecido a un gatillazo. Metafóricamente, claro. Y eso fue lo que pasó el domingo en Mónaco. Arrancó el Gran Premio y el safety car se mantuvo en pista hasta la vuelta 8. Durante los primeros compases de la carrera el ruso Daniil Kvyat, retornado a las filas de Toro Rosso, se resignaba a abandonar debido a problemas en su monoplaza. Posteriormente recibía una sanción que se le aplicará en el próximo Gran Premio de Canadá por exceso de flexibilidad en el fondo plano de su STR11. Poco después de que el coche de seguridad volviera al pit lane y empezaran a ondear las banderas verdes hizo presencia el otro coche de seguridad, el que no se ve, el virtual. El británico Jolyon Palmer chocaba fuertemente contra el muro en la recta principal tras perder el control de su Renault sobre un asfalto mojado y con poca adherencia. Daniel Ricciardo mantenía la primera posición con su Red Bull por delante de los Mercedes de Nico Rosberg y Lewis Hamilton. El otro piloto de Red Bull, el joven Max Verstappen, comenzaba desde el pit lane sin saber en absoluto como iba a terminar su carrera más adelante. Carlos Sainz, el único Toro Rosso superviviente, realizó una gran actuación. También Fernando Alonso con el McLaren Honda. Y qué decir de Sergio Pérez y su Force India. En la vuelta 10 el virtual safety car desapareció. Empezaba de nuevo la carrera.

Ricciardo se fue alejando de sus perseguidores, ganando terreno vuelta tras vuelta sobre Rosberg que venía frenando al pelotón. Pero en la vuelta 16 las cosas cambiarían para el piloto alemán. Mientras tanto Kimi Räikkönen nos guardaba otra sorpresa a los espectadores y a Romain Grosjean. En la curva de Loews el finlandés se pasó de frenada y se fue directo al muro, perdiendo así el alerón de su coche y montando un pequeño tapón por detrás de él. En ese momento el piloto francés de Haas, Grosjean, sufría un desgraciado encontronazo con Iceman que le dejaba bloqueado en mitad del asfalto. La verdad es que el incidente me resultó divertido. Llegaba la ya mencionada vuelta 16 y la carrera daba un pequeño giro. Rosberg sufría de problemas en sus frenos y se veía obligado a ceder la posición a su compañero de equipo, que le relegaba a la tercera posición. En ese momento se acababa la tranquilidad de Ricciardo. Y no solo eso, sino que muchos equipos decidían llamar a sus pilotos a boxes para cambiar los neumáticos de lluvia extrema con los que todos habían empezado la carrera por los intermedios. El piloto australiano de Red Bull decidía cambiar de compuesto en la vuelta 23, cediendo el liderato a Hamilton, que continuaba con el neumático full wet y siguiendo una estrategia un tanto arriesgada. Y digo esto porque mientras que todos los pilotos habían hecho ya una parada en boxes para colocar el intermedio el británico pretendía mantenerse en pista sin parar hasta que pudiera montar directamente los neumáticos de seco. Y así lo hizo. Con Ricciardo pisándole ya los talones Hamilton entró a boxes en la vuelta 31 para montar el compuesto debutante en este Gran Premio, para mí la gran decepción, el ultra-blando. Enseguida explico lo de la gran decepción. Una vuelta después reaccionaban en Red Bull y llamaban a Ricciardo a boxes para montarle el super-blando, pero el equipo de las bebidas energéticas cometió un error garrafal no teniendo los neumáticos preparados a la llegada del piloto australiano, haciéndole perder muchísimo tiempo y prácticamente todas sus opciones de victoria. A partir de ahí Daniel se mantuvo siempre en segunda posición cerca de la flecha de plata de Lewis, pero claro, adelantar en Mónaco no es sencillo. En la vuelta 35 volvían a aparecer las banderas amarillas y el coche de seguridad virtual. El motivo fue el tercer accidente del fin de semana de Max Verstappen. Su segundo choque en la misma curva, Massenet. El joven holandés terminaba así su carrera prematuramente, pasando del todo a la nada. De los 25 puntos de la victoria en España al rotundo cero del abandono en Mónaco. Así es la Formula 1. En la vuelta 37 desaparecía el coche de seguridad virtual y se relanzaba la carrera de nuevo.

En ese momento Hamilton sufrió algún problema en sus frenos similar al que tuvo su compañero de equipo previamente, lo cual le hacía rodar notablemente más lento que Ricciardo y este se le echaba encima, literalmente. En la chicane Nouvelle, a la salida del túnel, tuvieron un pequeño encontronazo en el que Ricciardo se vio obstaculizado por el inglés y su falta de ritmo. El incidente fue investigado posteriormente aunque los comisarios decidieron no tomar medidas de ningún tipo. Cuando nos acercábamos al final de la carrera, concretamente en la vuelta 53, hubo otro incidente polémico que dio salida de nuevo al safety car virtual. Los dos pilotos de Sauber chocaban en La Rascasse por precipitación de Marcus Ericsson, que tenía permiso para adelantar a su compañero, si, pero no de llevárselo puesto porque si. Felipe Nasr fue pasajero del desastre. Posteriormente los dos pilotos tuvieron que retirarse del Gran Premio. Nefasto para el equipo suizo. Y así llegabamos a la bandera de cuadros. Con Lewis Hamilton ganando su primera carrera del año por delante de Daniel Ricciardo y con Sergio Pérez ocupando la última posición del podio. Fernando Alonso terminaba en quinta posición por delante de Nico Hülkenberg, que conseguía arrebatarle la sexta posición a Nico Rosberg pocos metros antes de cruzar la meta. Carlos Sainz, que tal vez hubiera podido optar al podio de no ser por otro gran error de sus mecánicos en boxes, terminaba octavo. Una gran carrera de principio a fin que se mantiene en la línea de las que estamos viendo este año, la verdad, pero ahora voy con esa gran decepción que os adelantaba unas líneas más arriba, la del susodicho neumático ultra-blando.

Ya para poner el broche al artículo de hoy, y visto el rendimiento de los compuestos de la marca morada, violeta, púrpura o como queráis llamarla, me gustaría decir que dichos neumáticos resultaron ser una verdadera estafa. ¿Cómo es posible que tanto Hamilton como Ricciardo, el primero con ultra-blando y el segundo con super-blando, terminaran la carrera habiendo rodado con sus respectivos compuestos más de 40 vueltas?. ¿Qué tiene eso de ultra-blando?. Cierto es que Mónaco es un circuito especial con asfalto poco abrasivo y no se pueden sacar conclusiones del comportamiento de las gomas extrapolable a otros Grandes Premios, pero hombre, parece más bien que en Pirelli se han dedicado a coger el mismo neumático y pintarlo de diferentes colores. Las ruedas del coche de los Picapiedra duraban menos. También es cierto que Pirelli acostumbra a vender más humo que otra cosa, aunque ahora que lo digo esto es algo bastante frecuente en el mundillo del gran circo, así que viviremos con ello.

Y dicho esto no me queda nada más que hacer que despedirme y daros las gracias a todos los que dedicáis unos minutitos de vuestro tiempo a leernos carrera tras carrera. Siempre es un placer compartir nuestros devaneos con vosotros. ¡Hasta dentro de dos semanas!


Autor:
Eder Vega

miércoles, 4 de mayo de 2016

CONEXIÓN MESA: (PUZZOLANA) ASTROTURF ASFALTO ASTROTURF (PUZZOLANA)

Bernie Ecclestone y Hermann Tilke (2º y 4º en la foto) reunidos en Azerbaijan para hacer maldades.
Para la madre de nuestro querido Gump, Forrest Gump, la vida es como una caja de bombones, para mi profesor de la academia de inglés los readings eran como un “bocata” donde cada apartado era un ingrediente y para mí los circuitos son el título.

Me encanta el rumbo que coge la Formula 1 cada año en pos de mejorar la F1, mientras los toros y el caballo rampante dan soluciones para evitar accidentes como el del malogrado Bianchi el “pequeño gran dictador” protesta porque las soluciones no le parecen estéticas, eso sí, se junta con Germán y hacen circuitos con el esquema: asfalto decorado, asfalto, asfalto decorado.

"Como dijo Hamilton durante el pasado Gran Premio, ellos mismos saben el riesgo que corren al subirse al coche."

Recuerdo cuando yo era un mocoso que en los juegos de coches al ir por fuera de la pista la arena frenaba y luego confirmaba ese hecho cuando veía coches dando vueltas que eso era verdad, ahí me di cuenta que para ganar había que ir por lo negro.

Los circuitos de la vieja Europa suelen ser como los que yo recuerdo, circuitos con algo negro y colores verde y marrón, que vistos desde el aire se camuflan en algunos casos y resaltan para mal en otros pero que son así por algo. Ahora, con esto de las modas coloridas el color verde y marrón ha dado paso a un negro pintado.

Este nuevo negro pintado fuera de las líneas blancas que marcan el trazado (por desgracia) no tiene lava ni clavos pequeños y afilados asique, para bien (el domingo con Hamilton y Alonso entre otros) o para mal (Hamilton el sábado) se pueden utilizar y por lo general son beneficiosas para el piloto y de vez en cuando para la carrera.

Ahora bien, el color negro pintado, que desde el aire debo reconocer que queda precioso no cumple la misma función que los otros dos colores, que no es otra que obligar a los pilotos a ir por el trazado y frenar a los pilotos que se salen.

Los deportes de motor profesionales consisten en correr todo lo que el coche de, y nos guste o no los incidentes están ahí y a veces los pilotos no pueden seguir en lo negro, en el caso de la Formula 1 hemos visto accidentes duros los últimos años, el del astro asturiano es quizás el más reciente, gracias al astroturf y a la puzolana se redujo bastante la velocidad y aun así el accidente fue aparatoso y se perdió el siguiente GP, el año pasado me viene a la mente el de Carlos en el Gran Premio de Vladimir Putin (el mismo Ecclestone dijo que habrá F1 en Rusia hasta que el primer ministro quiera) cuando un problema de frenos le empotró contra las protecciones, ¿qué hubiera pasado si ahí hubiese un poco de grava?, entiendo que el riesgo está ahí y como dijo Hamilton durante el pasado Gran Premio ellos mismos saben el riesgo que corren al subirse al coche, pero aunque el riesgo está presente la lógica dice que habrá que protegerles lo máximo posible para evitar desgracias.

"Sepang es el mejor ejemplo de lo que debe ser un circuito, color marrón en las zonas justas y verde a lo largo de lo negro, suficiente para evitar que te vayas de lo negro."

Los que me leéis habitualmente ya sabéis que me gusta poner ejemplos y esta vez no iba a ser menos. Por un lado tenemos cosas como esta donde todas las curvas rápidas son asfaltadas o el glorioso “parking” de Paul Ricard propiedad del enanito gruñón, donde toda la tierra está fuera del circuito. Ambos son obra del glorioso Germán, el ingeniero favorito de la F1 y experto en hacer cosas como el COTA, Sochi, Corea…, lo peor de todo es que estas cosas pasan los pertinentes controles…

Por otro lado tenemos Sepang o el Circuit, donde un accidente puede ser aparatoso pero es probable que sea menos critico. Me sorprende mucho el primero por ser de mi amigo, pero me parece el mejor ejemplo de lo que debe ser un circuito, color marrón en las zonas justas y verde a lo largo de lo negro, suficiente para evitar que te vayas de lo negro.

Yo lo que veo es que la Formula 1 va hacia un precipicio, ahora mismo veo dos salidas posibles en el aspecto de la seguridad, o volvemos a los circuitos de la vieja Europa donde las medidas de seguridad del trazado son buenas desde el punto de vista del trazado o transformamos los monoplazas poniéndoles un halo, una mediasemicupula, una carlinga (al estilo de los cazas de combate) o un Charmander a caballo con el fin de proteger al piloto, algunas competiciones pusieron a los coches pilar A y lunas delanteras y estéticamente no son feos, todo es cosa de acostumbrarse a verlos y se ha visto que son mucho mas seguros en caso de accidentes fuertes…

Aquí acaba mi artículo pero antes de despedirme os hago una pregunta, ¿Soy el único que tiene la sensación que Pastor estuvo intentando domar al toro en Rusia pero la dirección no se dio cuenta?.

Espero que os haya gustado el artículo y ya sabéis que la sección de comentarios no muerde.


martes, 3 de mayo de 2016

LO QUE EL TILKÓDROMO SE LLEVÓ

Ante todo quiero pedir disculpas a todos los lectores de este blog por haberme ausentado de mis labores de escritura habituales tras el pasado Gran Premio de China. Mis actividades musicales me lo impidieron, algo a lo que últimamente le estoy dando más prioridad frente a otros compromisos. Pero no por ello esos otros compromisos son menos importantes y por eso hoy me voy con la música a otra parte, como suele decirse, y vuelvo a sentarme en mi oficina de los martes tras un fin de semana de F1 para compartir con todos vosotros mi crónica de la que fue otra gran carrera, el Gran Premio de Rusia 2016 disputado el domingo en Sochi. Si, habéis leído bien. Curiosamente un servidor jamás hubiera imaginado que las palabras gran, carrera y Sochi compartirían el mismo enunciado. Pero así es, tan increíble como cierto. El aburrido tilkódromo nos ofreció una carrera interesante y divertida de principio a fin, al menos en mi humilde opinión. Las estrategias derivadas del tercer compuesto de neumáticos no fueron tan protagonistas como en ocasiones anteriores, pero si que hubo muchos otros alicientes para mantener el ojo pegado al monitor durante las 53 vueltas de las que constaba el evento. Comenzamos.

Se apagaba el semáforo y Lewis Hamilton se veía obligado a remontar desde el décimo puesto. Sebastian Vettel desde el séptimo. Nico Rosberg afrontaba la carrera desde la pole position con el Williams de Valtteri Bottas a su derecha. Fernando Alonso lo hacía desde la decimocuarta plaza. Al llegar a la segunda curva se montaba el lío, y en diferentes lugares además. Vettel arriesgaba para ganar posiciones pero lo que seguro que no se imaginaba era que el ruso Daniil Kvyat se lo iba a llevar puesto. Otra vez. Los dos pilotos tuvieron ya un pequeño encontronazo sin importancia en China, pero lo de Sochi iba a ser de órdago. En la frenada de la curva 2 el ruso se pasaba de frenada e incrustaba su alerón delantero en el eje trasero del alemán, provocando que Vettel se golpeara también con el Red Bull de Daniel Ricciardo y dejando su monoplaza ligeramente tocado. Entraban los pilotos en la famosa tercera curva y Kvyat se reservaba el golpe maestro. Como si no hubiera tenido ya suficiente. El alemán de la escudería de Maranello levantaba el pie ligeramente, mientras que el joven ruso mantenía el acelerador a fondo y se lo llevaba por delante, literalmente. Vettel perdía el control de su coche y a punto estuvo de chocar con otros pilotos que tuvieron que maniobrar para evitar la colisión, pero su carrera terminó abruptamente con el monoplaza maltrecho en la escapatoria de esa tercera variante. El tetracampeón del mundo echaba humo y Kvyat fue posteriormente sancionado. Muy mala suerte la que está teniendo Ferrari en este inicio de temporada. Simultáneamente Hamilton hacia una buena salida y llegaba a la curva 2 optando por salir a la escapatoria para evitar los incidentes que estaban teniendo lugar por delante de él, consiguiendo ascender hasta la quinta posición. Alonso también se decantaba por coger la escapatoria para no verse involucrado en los problemas que tenían los pilotos frente a él, colocándose en la octava plaza al reincorporarse a la pista. Bottas caía al tercer lugar al verse superado por Kimi Räikkönen también en la frenada de la segunda curva. La parte de atrás del pelotón tampoco estuvo exenta de incidentes y veíamos como el Haas de Esteban Gutiérrez, el Force India de Nico Hülkenberg y el Manor de Rio Haryanto se enzarzaban también, teniendo que abandonar los dos últimos. En ese momento se encendían los paneles luminosos indicando la salida del safety car virtual brevemente, ya que poco después tuvo que hacer su aparición el otro safety car, el de verdad. Desde luego una gran salida que auguraba una carrera interesante y divertida, como ya os decía al comenzar este artículo. Y la verdad es que a nivel personal al menos así me lo pareció.

En la vuelta 19 Hamilton conseguía colocarse ya en segunda posición. Durante la primera parte de la carrera el inglés estuvo ahorrando combustible y guardándose algo de potencia en el bolsillo, de cara a poder hacer pleno uso de dicha potencia más tarde. Y lo hizo. Así fue como el británico imponía su gran ritmo y hacía ver que iba a por la victoria, pero cuando la bandera de cuadros se acercaba Rosberg dio un puñetazo sobre la mesa y dejo ver que él también se estaba guardando cosas y que cualquier intento de Hamilton por ser más rápido sería en vano. El joven y temperamental Max Verstappen tuvo que resignarse a abandonar la carrera en la vuelta 34 por un problema en el motor Ferrari de su Toro Rosso, mientras que su compañero español, Carlos Sainz, era protagonista de una acción bastante polémica a mi parecer. La acción en concreto fue la maniobra de Sainz, también en la frenada de la curva 2, en el adelantamiento al Renault de Jolyon Palmer. El español le ganaba la posición por fuera al británico y entre ellos se producía un leve contacto. Ambos pilotos rodaban emparejados con el Toro Rosso de Sainz ligeramente por delante del Renault de Palmer y este último sacó su monoplaza de los límites de la pista, forzado por la propia maniobra de adelantamiento y su defensa ante el. Nada del otro mundo, vamos. Algo que hemos visto muchísimas veces a lo largo de muchísimas carreras. Bueno, pues la dirección de la carrera consideró oportuno sancionar al español con 10 segundos añadidos a su tiempo final de carrera, relegándole a la duodécima posición, y dos puntos en su licencia. Hubo otros incidentes parecidos durante la carrera y ni siquiera fueron investigados. Por arremeter en repetidas ocasiones contra Sebastian Vettel e incluso dejarlo totalmente fuera de juego a Daniil Kvyat le cayeron un stop/go de 10 segundos y dos puntos en su licencia. ¿Acaso a ojos de las lumbreras de la FIA son dos incidentes similares?. Así que una vez más me veo obligado a aplaudir y destacar lo arbitrario y aleatorio de las curiosas decisiones de Charlie "Precavido" Whiting y su séquito.

Otra gran actuación fue la de Fernando Alonso al volante de su McLaren Honda, que consiguió cruzar la bandera de cuadros en sexta posición y sumar ocho puntitos a su casillero. Su compañero Jenson Button lo hizo en décima posición añadiendo otro punto al marcador del binomio anglonipón. Parece mentira que celebremos que Fernando Alonso haya quedado sexto o que McLaren haya conseguido sumar puntos, pero así están las cosas a día de hoy. Al menos da la sensación de que el equipo sigue dando pasos adelante carrera tras carrera, así que veremos hasta dónde pueden llegar teniendo en cuenta que el propio jefe del equipo, Eric Boullier, dijo que debido a algunos problemas durante la carrera perdieron alrededor de 50 segundos y podrían haber estado a la altura de Williams. También hay que ser conscientes de que los japoneses han avisado ya de que en 2017 habrá una reestructuración completa en su motor, ya que con el diseño actual han afirmado que sería imposible dar caza a los Mercedes. Seguimos a la expectativa de ver lo que nos depara el desarrollo y la evolución de la escudería británica. Y entre luchas por aquí, Vladimir Putin por allá y otros sucesos que tuvieron lugar durante 53 vueltas concluía otra emocionante carrera de las que estamos viendo esta temporada. Eso si, sigo manteniéndome firme en mi creencia de que el Autódromo de Sochi es un esperpento de circuito sin gracia alguna, y que los astros se alinearon para que el Gran Premio del pasado domingo no fuera tan infumable como lo fue en su año inaugural, por poner solo un ejemplo.

El mundial está de lo más interesante en este momento con Rosberg afianzando su liderato sobre Hamilton, y la próxima cita del calendario, el Gran Premio de España sobre el asfalto del circuito de Montmeló, acostumbra a ofrecer buenas carreras también, así que veremos lo que nos depara este año. Dicho esto solo me queda despedirme y daros las gracias a todos los que me estáis leyendo como cada martes. ¡Hasta dentro de dos semanas!


Autor:
Eder Vega