La carrera del pasado domingo en Montreal me sirvió para sacar algunas conclusiones respecto a lo que estamos viendo en las últimas citas del campeonato mundial. Seguramente al igual que a muchos de vosotros. Las últimas tendencias que nos está deparando el desarrollo de esta temporada. En sí las 70 vueltas que se dieron al mítico circuito Gilles-Villeneuve no me parecieron especialmente divertidas a grandes rasgos, de hecho admito que es la primera vez este año que incluso me he llegado a aburrir un poco. Pero eso si, a lo largo de dichas vueltas tuvieron lugar ciertos acontecimientos que me gustaría ir comentando y analizando en el artículo de hoy. Así que dicho esto no me entretengo más y comienzo ya con mi crónica del Gran Premio de Canadá 2016.
Lo primero, y más que nada por seguir un orden lógico, sería comentar lo que fue la salida del Gran Premio. Y menuda salida la que se marcó el tetracampeón alemán, Sebastian Vettel. El piloto de Ferrari arrancó estupendamente al apagarse el semáforo y en los primeros metros se comió literalmente a los dos pilotos de Mercedes, que solo pudieron ser testigos del suceso. Antes de llegar a la primera curva el teutón ya era primero y encaraba una carrera en la que se proponía luchar por la victoria. Aunque por lo visto solo se lo propuso él, porque los del muro de estrategia de la escudería de Maranello debían estar pensando más bien en marmotas y castores. Más tarde entraré en este tema más extensamente. Lewis Hamilton no hizo una salida lo que se dice brillante. Se vio superado por Vettel y casi hace lo propio su compañero de equipo, Nico Rosberg, que le ganaba metros por el exterior de la trazada. Fue entonces cuando al británico "se le fue el coche de morro", según él mismo dijo tras la carrera, no dándole opción al alemán de las flechas de plata a sobrepasarle y obligándole a salir a la escapatoria para reincorporarse más tarde habiendo perdido varias posiciones. Lewis también dijo tras la carrera que ni siquiera vio a Nico. Con esto no insinúo nada, creo que es la manera que tiene un piloto de escurrir el bulto. Esa maniobra me parece metáforicamente extrapolable a la tendencia que se está viendo en las últimas carreras. En pocas palabras, Hamilton se viene arriba y Rosberg se desinfla.
Y esa es una tendencia que ya hemos visto otras veces en el pasado dentro del equipo de Brackley. Por el motivo que sea Rosberg se viene abajo, no sé si mentalmente o qué. Eso se refleja en su rendimiento en pista, donde no le queda otra que ceder ante su compañero de equipo, el tricampeón británico. La cantidad de puntos que le ha recortado Lewis a Nico en dos carreras es más que considerable y aunque aún queda mucho por delante el inglés parece estar volviendo a su cauce habitual y le está comiendo la tostada al alemán. También está en el aire el tema de su renovación con las flechas de plata, que puede influir también en cierta medida, pero lo que está claro es que Hamilton le pondrá las cosas difíciles y su moral puede ir minándose cada vez más. Recordemos que durante los últimos dos años Rosberg ha tenido que resignarse a ver como el título se lo llevaba su vecino de garaje con relativa facilidad. Y de las tendencias en Mercedes a las tendencias en Ferrari. Porque la actuación de los transalpinos el pasado domingo en Montreal dejó bastante que desear. De hecho me gustaría preguntar a los lectores si alguien vio a Kimi Räikkönen correr. En serio, ¿lo hizo?, porque el finlandés anduvo más desaparecido que otra cosa. No quería pasar por alto la pobre actuación de Iceman en Canadá, pero este no era realmente el caso del que iba a hablar.
De lo que quería hablar ahora es de lo que ya os adelantaba al inicio de este artículo. Esas marmotas y castores en las que debían estar pensando los estrategas de Ferrari, porque en neumáticos y pit stops no parecía que lo estuvieran haciendo. Cierto es que a posteriori siempre es muy fácil saber que estrategia era la correcta, pero hombre, yo creo que tampoco hacía falta ser ninguna lumbrera para darse cuenta de que la estrategia que seguía la escudería italiana con Vettel le iba a complicar, y mucho, la victoria. En la vuelta 11 Sebastian Vettel entraba a boxes y le quitaban los neumáticos ultrablandos con los que había empezado la carrera para colocarle el compuesto superblando. No dejaban lugar a dudas de que iban a seguir una a estrategia a dos paradas. Pero ese no era el plan que los de Brackley tenían para Lewis Hamilton, el único que podía poner en jaque la victoria del teutón. Los giros se iban sumando al contador, y no fue hasta la vuelta 24 cuando los del muro de Mercedes decidieron que el ingles hiciera su pit stop. El primero y el único. Le colocaban el neumático blando y la intencion era mantenerse en pista hasta el final. Pasaban los giros y el jaque se iba convirtiendo en jaque mate. En la vuelta 37 Sebastian Vettel hacía su última parada para montar el compuesto blando y terminar la carrera, cediendo así el liderato de nuevo a Lewis Hamilton, que lo mantendría sin problemas hasta la bandera de cuadros. En mi humilde opinión, creo que en Ferrari dejaron escapar una victoria que tenían bien encarrilada por volver a meter la pata a la hora de tomar decisiones estratégicas, algo por otra parte bastante habitual en los de Maranello. Añadiendo también el hecho de que Kimi ni siquiera se hizo notar durante la carrera, aportando más bien poco a las aspiraciones del equipo. Personalmente creo que las horas del finlandés en la Formula 1 están contadas y recontadas.
Y poco más que añadir, la verdad. Gran actuación de Carlos Sainz que remontó desde la vigésima hasta la novena posición. Fernando Alonso pasó desapercibido en una carrera en la que volvimos a ver a un McLaren Honda en plena barbacoa, concretamente el de Jenson Button. Valtteri Bottas hizo una gran carrera y sacó provecho de los errores de los pilotos que tenía por delante hasta llegar a la tercera posición. Y para mí lo más importante, que el mundial vuelve a estar apretado. En apenas unos días tenemos carrera otra vez, el Gran Premio de Europa disputado por primera vez en Baku, así que no tenemos que esperar demasiado para volver a tener acción sobre el asfalto y que continúen las batallas que estamos viendo hasta ahora. Eso si, sobre el asfalto de un circuito esperpéntico más soso que Iniesta anunciando helados. ¡Hasta la semana que viene!
Autor:
Eder Vega