viernes, 3 de junio de 2016

CONEXIÓN MESA: GRACIAS POR EXISTIR.

Para Luis, Jules, Marco, Shōya…
Los que me leéis habitualmente sabéis que me gusta criticar lo que no me parece bien dentro del mundo de la Formula 1, pero hoy me veo obligado a salirme un poco de mi tónica habitual para escribir este pequeño “homenaje” debido a lo sucedido hoy en el Gran Premio de Catalunya de motociclismo donde el joven piloto de Moto 2 Luis Salom (Palma de Mallorca, 1991) ha fallecido a causa de un grave accidente en la curva 12 mientras disputaba el FP2.

Los cuatro nombres que aparecen ahí arriba son los de Luis Salom, Jules Bianchi, Marco Simoncelli y Shōya Tomizawa, puede que algunos os suenen y otros no, pero estos son pilotos de competición que lamentablemente fallecieron en accidentes mientras corrían, son solo cuatro de una larga lista, por eso, mi artículo de hoy va dedicado no solo a ellos sino a todas esas personas que han desafiado, desafían y desafiaran al miedo de la velocidad dedicando su vida profesional al deporte de motor, a todos vosotros, a los que estáis y a los que no, muchas gracias por existir.

Muchas veces cuando hablamos o escribimos sobre deportes de motor nos olvidamos de los grandes protagonistas de ellos, los pilotos, esas personas que se juegan la vida para que nosotros podamos disfrutar de nuestra afición, habitualmente somos seres completamente ilógicos, criticamos decisiones de dirección de carrera porque no nos gustan pero no debemos olvidar que los que están dentro del coche o encima de la moto son iguales que nosotros y que un accidente, por tonto que sea, puede acabar siendo mortal.

Para ser piloto o deportista de algún deporte como puede ser el ciclismo o el alpinismo por citar solo algunos muchas veces no se necesita solo dinero sino también esa pequeña dosis de locura que haga que no tengas miedo a enfrentarte al miedo a ir a 300km/h, a bajar un puerto de montaña a 80km/h arriesgando para cazar al grupo de delante o a no mirar abajo para no ver la pared que estas afrontando, creo que eso es algo para lo que no todo el mundo está mentalmente preparado.

Parece mentira que muchas veces ese selecto grupo de personas sea al que más machaquemos, muchas veces sin sentido alguno, cuando en muchos casos son los que nos provocan llantos de alegría, llantos de tristeza, que acabemos el día con una sonrisa o una lagrima y que en algún momento aumente un poco la natalidad... ¿Quién no hizo suyos aquellos títulos del ídolo astur de los años 2005 y 2006?, ¿Quién no lloró con el título perdido en 2010?, ¿Quién  no celebró en Valencia el título de GP y quien maldijo en hebreo al mismo tiempo?, es innegable, esas personas son las que hacen que nuestro humor cambie y los que pueden alegrarnos o destrozarnos el día.

Tengo la sensación que según crecemos perdemos esa aura de inocencia infantil que nos lleva a dejar de ser aficionados para pasar a ser un poco más ultras y muchas veces coger tirria a un rival sin grandes motivos…, cuando yo era pequeño recuerdo hacer carreras por las calles del pueblo en bici, improvisábamos un circuito por las cuatro calles del pueblo, poníamos en la rueda trasera un botellín de agua para que “sonara como una moto” y cada uno éramos un piloto (yo era siempre Rossi, pero si no se podía elegía otro que me cayera bien, no me importaba que los pilotos estuvieran enfadados), era como si durante aquellos minutos que duraba esa carrera dejásemos de ser nosotros para ser ellos, nos daba igual si vida post carrera, nosotros queríamos ser como ellos eran en carrera y nos esforzábamos al máximo para intentar ganar igual que hacían ellos y sentirnos invencibles por un breve momento...

Por esto solo quiero daros las gracias a todos los pilotos, muchísimas gracias por darlo todo carrera tras carrera pese a los problemas que puede haber, muchísimas gracias por darlo todo en pista pese a que la pista no este para ello, muchísimas gracias por alegrarnos el día por esto y por otras muchas cosas más, GRACIAS.

Y quiero terminar este artículo enviando mi pésame a la familia y amigos de Luis Salom, QEPD.



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