martes, 27 de mayo de 2014

17 BLACKJACK



Una vez más, como ya es costumbre en esta temporada 2014, la carrera del domingo pasado en Monte Carlo volvió a ser monótona y aburrida. Pero hoy el protagonista de este artículo no va a ser la falta de emoción e interés que suscita, al menos a un servidor, esta nueva Formula 1 de hoy en día. Aquel glamuroso domingo, que no lo es tanto, hubo otro hombre sobre el asfalto monegasco que hoy realmente merece que se le dediquen unas cuantas líneas en este blog. Un piloto con muchísimo talento, en un equipo económicamente más débil que todos sus rivales y con un coche infinitamente más dificil de controlar que cualquier otro de la parrilla. Un jóven piloto francés, perteneciente a la Ferrari Driver Academy, que al cruzar la bandera de cuadros consiguió también meterse dos valiosos y merecidos puntos en el bolsillo acabando en novena posición, incluso después de haber recibido dos sanciones durante el Gran Premio. El equipo, Marussia F1 Team. El piloto, Jules Bianchi.

No quiero repetirme y caer siempre en las mismas críticas y en los mismos argumentos respecto a esta F1 híbrida. A ello se debe, entre otros motivos que ya he mencionado unas líneas más arriba, que hoy el foco de atención del blog vaya a centrarse en Bianchi y su equipo, Marussia. Pero si hay un cierto número de detalles por parte de la realización del Gran Premio de Mónaco, la Formula One Management, que no me parecieron correctos en absoluto, aunque todo ello más tarde quedara eclipsado por la actuación del francés. El más destacable de todos ellos sería el exceso de tiempo que abarcaron los dos pilotos de Mercedes en pantalla, totalmente desmesurado teniendo en cuenta que constantemente rodaban en fila india y no había ningún tipo de acción en aquellas imágenes, mientras que en otros puntos del circuito si que estaban pasando cosas mucho más interesantes. Por otra parte mis quejas van dirigidas al equipo que se encarga de las retransmisiones en directo de la F1 en el canal de televisión Antena 3. La masacre y tortura a la que son sometidas las emisiones, y a la que nos están acostumbrando en las últimas carreras, es ya algo más que escandalosa. La cantidad de publicidad es excesiva y casi siempre en los momentos de mayor interés de la carrera, no nos permiten ver las ruedas de prensa tras la clasificación y la carrera y tampoco nos ofrecen las declaraciones que siempre hace Fernando Alonso con Nira Juanco en el "corralito" en caso de no acabar entre los tres mejores. Una cantidad de despropósitos que a mi parecer vienen precedidos por la comodidad y la arrogancia de creer que su equipo es mejor y que ofrecen lo mismo que su competidor, Movistar TV, solo que de manera gratuita. Pero han llegado a un punto en que lo que realmente están haciendo es descuidar totalmente su producto y a todos sus espectadores. Ellos sabrán. A partir de aquí, y dándome cuenta de que finalmente me he extendido más de lo que pretendía, cambiamos de tercio y nos centramos en el gran trabajo realizado por el galo Bianchi y su equipo. Trabajo que se vio recompensado con un botín de dos puntos al finalizar la carrera, y todo lo que ello acarrearía de acabar así el mundial. Dicho así puede parecer poca cosa, pero lo que consiguió el equipo Marussia en Mónaco fue algo realmente grande y que se escaparía absolutamente de sus posibilidades en cualquier otro circuito en condiciones normales. Esos dos puntos podrían ser una distancia ya insalvable para Caterham, su rival más directo en parrilla. En este momento, Marussia se encuentra colocada en el noveno puesto del mundial de constructores, por delante de Sauber y Caterham, y de acabar así la temporada el equipo recibiría una suculenta inyección de fondos por parte de la FOM, algo que sin duda les ayudaría a ser aún más fuertes el próximo año y les permitiría volver a estar por delante de sus enemigos más cercanos. Al finalizar la temporada pasada la escudería anglo-rusa acabó en décima posición, también por delante de Caterham y recibiendo cierta cantidad de dinero por parte de la organización al no ser el último equipo clasificado. En resumen, una muy buena situación para el equipo más modesto de esta Formula 1 tan descaradamente ostentosa.

Y todo ello gracias al magnifico pilotaje, aunque no exento de incidentes, de uno de sus pilotos sobre el asfalto de Monte Carlo, quien luce y lucirá siempre en su casco el dorsal número 17. Jules Bianchi comenzaba la carrera desde la decimonovena posición. Por delante de el, al comenzar la vuelta de formación, Pastor Maldonado se quedó parado con su Lotus y tuvo que ser empujado hasta el pit lane para comenzar la carrera desde allí, por detrás del Caterham de Marcus Ericsson. Ese fue el primer incidente que le costaría a Bianchi, entre otros, una investigación que se anunciaría durante la undécima vuelta al trazado de Mónaco. Al quedar libre la plaza de Maldonado en la parrilla, los pilotos de Marussia, Chilton y Bianchi, y Gutierrez, piloto de Sauber, posicionaron mal sus monoplazas al finalizar la vuelta de formación previa al inicio del Gran Premio. Finalmente durante la vuelta 19 se anunció la decisión de los comisarios al respecto, y consistía en un Stop/Go de cinco segundos para todos los pilotos implicados. La sanción se cumple cuando el piloto entra en el pit lane y detiene su coche en el box durante cinco segundos, durante los cuales no se permite hacer ningún cambio de neumáticos o ajuste en el monoplaza. Este año la nueva normativa permite no realizar dicha parada durante la carrera, en cuyo caso esos cinco segundos se añadirán al tiempo total marcado por el piloto, pudiendo perder posiciones después de haber cruzado la bandera de cuadros. En el caso de Bianchi decidieron cumplir la sanción durante la carrera. Pero eligieron el momento equivocado, ya que que lo hicieron durante el periodo de Safety Car debido al accidente del Sauber de Adrian Sutil en la chicane después del túnel. Fue un error un tanto incomprensible, ya que no está permitido cumplir este tipo de sanciones cuando el coche de seguridad está en pista. Todo ello le costó a Bianchi una nueva investigación que se anunciaría en la vuelta 59, y la decisión de los comisarios mantuvo a todo el equipo en vilo durante los siguientes giros. Previamente a dicha investigación el piloto francés sufrió otro incidente en pista, un encontronazo con el Caterham de Kamui Kobayashi. El japonés venía defendiéndose de Kimi Räikkönen y su F14-T durante varias vueltas, pero al llegar a la Rascasse finalizando la vuelta 36 no pudo mantener su posición, el piloto finlandés consiguió adelantarle. Por detrás venía Bianchi, que al ver un pequeño hueco abierto por delante de el decidió tirarse a la piscina. Le metió el coche a Kobayashi por el interior de la curva pero en un margen muy estrecho. Tal vez Bianchi fue demasiado agresivo, pero si no arriesgas, sencillamente no ganas. Hubo contacto entre los dos monoplazas y el francés logró ganarle la posición al piloto de Caterham. Este se quejó tras la carrera, declarando que tras el toque su coche era prácticamente inconducible y asegurando que el piloto galo merecía una sanción por el incidente. Yo personalmente no creo que mereciera ninguna penalización por esa acción en concreto. No fue hasta la vuelta 66, a tan solo 12 giros del final, cuando se anunció cual sería la sanción para Bianchi por cumplir su anterior Stop/Go durante el periodo de Safety Car. Los comisarios del Gran Premio de Mónaco decidieron imponerle a Bianchi otra penalización idéntica a la que le habían impuesto previamente, otro Stop/Go de cinco segundos, aunque en este caso el equipo decidió no cumplirlo durante la carrera y que se añadiera al tiempo total de su piloto al cruzar la bandera de cuadros. En ese momento Bianchi se encontraba rodando en décima posición por delante de Romain Grosjean con su Lotus, a una distancia suficiente como para no verse perjudicado por la sanción, pero Grosjean iba poco a poco recortándole tiempo, sería muy difícil conseguir ese último punto. En la vuelta 74, de las 78 de las que constaba el Gran Premio, hubo otro incidente por delante del piloto de Marussia del que este se beneficiaría en gran medida. Räikkönen intento ganarle la posición a Kevin Magnussen y a su McLaren en la mítica curva de Loews, pero no estuvo acertado el finlandés y acabaron enganchados los dos pilotos, bloqueando el paso por la curva más cerrada y lenta de todo el calendario. Fue entonces cuando Bianchi consiguió colocarse octavo. La distancia con Grosjean era ya prácticamente insalvable pero los puntos estaban casi asegurados, tan solo quedaban cuatro vueltas para el final. Y así fue, Jules Bianchi cruzó la bandera de cuadros sabiendo que caería a la novena posición, pero metiéndose en su bolsillo y regalándole al equipo anglo-ruso Marussia sus primeros puntos en la Formula 1. Un trofeo más que merecido como gratificación para el durísimo trabajo realizado por todo el equipo durante su breve historia en la categoria reina.


Más allá de Mercedes. De Hamilton. De Rosberg. De esta nueva Formula 1, aburrida como no lo había sido nunca. Más allá de cualquier otro suceso que aconteciera durante aquel fin de semana en Monte Carlo. Por encima de todo, y por que realmente se lo merecen, estan Jules Bianchi y su equipo, Marussia F1 Team, que han conseguido hacer historia en un "deporte", que para mi no lo es, tan complicado como la F1. Nada más y nada menos que en Mónaco, el circuito mítico y clásico por excelencia. Hoy este artículo va dedicado a todos ellos, porque el intenso trabajo finalmente siempre recibe su merecida recompensa.




Eder Vega
Formula Paddock
27/05/2014

lunes, 19 de mayo de 2014

DE CÓMO LA FORMULA 1 DEJÓ DE SER FORMULA 1



Pues si, queridos lectores, es así de simple, crudo y triste a la vez. Para un servidor no había ningún tipo de dudas tras el Gran Premio de Bahrain, que creó tanta confusión entre los aficionados debido a las pequeñas pero múltiples batallas que se vivieron sobre el asfalto de Sakhir. Algunos llegaron a decir que era la mejor carrera que habían visto en los últimos años, que la F1 recuperaba su rumbo y volvía a ser la que era hasta el año pasado. En cierto modo, y para ser honesto, esperaba equivocarme cuando escribí mi artículo "Espejismo en el desierto", pero creo que tras el Gran Premio de España el tiempo me ha dado un poquito la razón, la Formula 1 ha perdido definitivamente el norte. Digo "un poquito" porque en este mundillo nunca se puede hablar demasiado alto, por si las moscas.

Tal vez sea porque hace apenas dos semanas reviví mi gran experiencia en el Gran Premio de España de hace un año escribiendo el especial "2013: Tú a Londres y yo a Montmeló", un verdadero carrerón no solo por lo que sucedió en pista, si no por el todo el ambiente y emoción que rodeaba al evento. Pero lo de hace unos días en Barcelona no podía llamarse "carrera", aquello no era Formula 1. Para mi fue absolutamente aburrida desde que se apagó el semáforo hasta que se dio el banderazo final. En ningún momento me sentí atraído por nada de lo que se veía en mi televisión. La peor carrera, hasta el momento, de esta temporada. Era otra descarada muestra de lo que viene siendo este mundial 2014. Ausencia de adelantamientos, luchas, emoción, neumáticos más que conservadores, monotonía en las estrategias... un cúmulo de circunstancias que provocaban que mi atención e interés por la carrera se disipasen progresivamente. Lo único que me mantenía pendiente de los monitores era mi compromiso con Formula Paddock y todos nuestros seguidores, el hecho de no dejar de cumplir mis labores y olvidarme de todos ellos, esa era la única razón. De no haber sido así este servidor habría apagado la televisión a las pocas vueltas para hacer cualquier otra cosa, y digo "cualquiera" porque literalmente cualquier cosa hubiera despertado en mi más interés del que estaba despertando la carrera en Barcelona aquel domingo. Aunque las 66 vueltas que completaron el Gran Premio de España no son lo único que me ha parecido bochornoso últimamente, porque la polémica que se ha creado durante los test posteriores a la carrera debido a la famosa trompeta para aumentar el sonido han sido la gota que ha colmado el vaso. Es como si los peces gordos del gran circo se estuvieran riendo directamente en la cara de todos sus espectadores y aficionados, que son en parte quienes les dan de comer.

Ya lo dijo Antonio Lobato, y bien dicho además, a través de su cuenta oficial de Twitter: "Para eso que le pongan detrás dos altavoces y un amplificador de 2 Kilowatios. Creo que la afición quiere ruido, pero no artificial". Totalmente cierto. Muchos aficionados, entre los que me incluyo, han hecho públicas sus quejas respecto a esta nueva Formula 1. Pero yo también creo que la solución no está en subirle el volumen a los monoplazas, eso puedo hacerlo yo desde mi cama con el cómodo mando a distancia, qué gran invento. Obviamente no voy a ser yo quien ofrezca el remedio para el problema del sonido, pero está claro que lo que ellos nos ofrecen no es lo que nosotros buscamos. Toda esta cantidad de absurdos me lleva a pensar que el gran circo finalmente ha perdido su brújula y se ha desviado de su camino, y no se si volverá a retomarlo algún día. Hubo otro detalle que también comentó Antonio Lobato y que me llamó la atención, aunque de forma negativa. Fue durante la retransmisión de la tercera y última sesión de entrenamientos libres en Barcelona. El periodista dio el dato de que la pole position conseguida aquel fin de semana por Stéphane Richelmi (1:29.293), piloto del equipo DAMS en la categoría GP2, hubiera clasificado en decimoséptima posición en la segunda sesión de entrenamientos libres de la F1, por delante de Grosjean (1:29.493), Bianchi (1:29.991), Chilton (1:31.148), Kobayashi (1:31.338) y Ericsson (1:31.586). Y tan solo una décima por detrás del Force India de Sergio Pérez (1:29.129), en decimosexta posición. Detalle cuando menos curioso y, como bien dijo Antonio Lobato también en su momento, doloroso. En fin, esta es la nueva categoría reina que quieren vendernos.

Llegados a este punto si que me atrevería a proponer algo descabellado, como han hecho ellos con la famosa trompeta, ¿Por qué no?. Podrían cambiarle el nombre directamente a la Formula 1 y llamarla, por decir algo, GP1. Entonces no habría problema, una nueva categoría, nuevos motores, nueva normativa y con un nuevo nombre, porque realmente de Formula 1 a lo que hemos visto hasta ahora le queda muy poco. Mi interés por ver la siguiente carrera es prácticamente nulo como aficionado, podría perdérmela tranquilamente y sabría que no me estaría perdiendo nada interesante. De hecho, me atrevería a predecir el ganador sabiendo que solo hay dos candidatos a la victoria. Y así, queridos lectores, es cómo la Formula 1 dejó de ser Formula 1. Así de simple, crudo y triste a la vez.



Eder Vega
Formula Paddock
19/05/2014

sábado, 10 de mayo de 2014

SORTEO "F1 RACE STARS" PARA PS3 (CERRADO)


Esta era la última y gran sorpresa que os teníamos guardada en Formula Paddock para celebrar el Gran Premio de España 2014, aunque algunos problemas logísticos nos han impedido desvelarla antes. Sorteamos el juego "F1 Race Stars" para PlayStation 3 en versión PAL, es decir, apta para Asia, Africa, Europa y Australia. Todos los textos y el audio están en inglés. Hasta 4 jugadores pueden disfrutar simultáneamente en diferentes modalidades de juego, incluído el modo online, y en formato HD 720p.No es un juego de segunda mano, es totalmente nuevo, en perfecto estado y a estrenar. Para participar en el sorteo solo tenéis que hacer retweet y seguirnos en Twitter. A continuación os mostramos una imagen del tweet que tenéis que retuitear para participar. Si simplemente lo marcáis como favorito o lo citáis no entrareis en el sorteo. El tweet se encuentra fijado en nuestro perfil de Twitter para que esté a la vista de todos.


El plazo para participar termina el próximo Domingo 11 de Mayo a las 12:30H, momento en el que dará comienzo el programa previo a la carrera en Antena 3, y el ganador será anunciado a través de Twitter durante la vuelta de formación, instantes antes de que se apague el semáforo en Montmeló y arranque definitivamente el Gran Premio de España 2014. Todos los que hagan retweet después de las 12:30H del Domingo se quedarán fuera del sorteo. El ganador será elegido al azar entre todas las personas que hayan hecho retweet y nos hayan seguido, si no nos seguían previamente, antes del plazo establecido. Recordad que simplemente marcar el tweet como favorito o citarlo no sirve para participar. Muchas gracias y muchísima suerte a tod@s!!!


GANADOR: @IkerRamirez13


Eder Vega
Formula Paddock
10/05/2014

martes, 6 de mayo de 2014

2013: TÚ A LONDRES Y YO A MONTMELÓ (2ª Parte)




Hoy continuaré desde donde lo dejé hace exactamente siete días. Esta es la segunda y última parte de nuestro viaje a Montmeló para presenciar el Gran Premio de España del año 2013. Los últimos días, los dos días grandes. Sábado, última sesión de entrenamientos libres y clasificación, la batalla por la pole position. Domingo, sobran las palabras. Lás ultimas experiencias de aquel increíble fin de semana que vivimos mi padre y yo en Barcelona. Espero que os guste. Allá va.

Sábado 11 de Mayo, 2013. La tercera y última sesión de entrenamientos libres comenzaba a las 11 de la mañana. Nuestros despertadores sonaron a las nueve, pero el cansancio que ya se iba acumulando a lo largo del fin de semana nos pasó factura. Las sábanas se nos quedaron pegadas. Nos levantamos, vestimos y desayunamos, sin prisa pero sin pausa, y nos fuimos directos al circuito. Aunque ya llegábamos tarde, unos veinte minutos aproximadamente. Durante el trayecto en coche yo veía los Libres 3 desde una aplicación de mi móvil, la cual me había descargado pocos días antes exclusivamente para escuchar las retransmisiones de Antonio Lobato y su equipo mientras seguía la acción desde mi asiento en la tribuna B. Justo en el momento en que mi teléfono sintonizaba Antena 3 Fernando Alonso pasaba por delante de nuestros asientos en el circuito saludando al público, su público. No era nada importante, pero me hubiera gustado estar en esa grada mientras el piloto asturiano saludaba a toda la afición. Lástima que nos quedáramos dormidos. Finalmente llegamos al circuito, aparcamos el coche y nos dirigimos rápidamente a los asientos numerados que nos asignaban nuestras entradas. Aún quedaban 35 minutos de sesión, había una gran cantidad de gente en el circuito y el sol pegaba con fuerza. El ambiente iba creciendo conforme los días pasaban y las gradas iban adquiriendo un color rojo cada vez más intenso. Yo no podía dejar de grabar con mi cámara de vídeo en ningún momento. Enseguida se me olvidó el hecho de haberme perdido unos minutos de sesión y disfruté al máximo del tiempo restante. Mi padre se movía de un lado a otro en busca del mejor ángulo mientras capturaba a los monoplazas con su cámara de fotos. Se veía venir un amplio reportaje audiovisual para compartir con la familia y los amigos a nuestro regreso. A las doce finalizó la sesión y decidimos abandonar nuestros asientos para seguir visitando las instalaciones del circuito, aún nos quedaba mucho por ver. Durante nuestro paseo hicimos una parada en una de las muchísimas tiendas de merchandising oficial que se encuentran por todo el recinto. La idea era comprar unos cuantos regalos para nuestros familiares, un bonito recuerdo de nuestro paso por Montmeló. Tras adquirir los presentes optamos por volver a la tribuna B para presenciar el siguiente evento, la clasificación de la Porsche Mobil 1 Supercup. Era algo que nunca habíamos visto, y uno no está en Montmeló con motivo del Gran Premio de España todos los días, así que nos fuimos para allá. Fue diferente e interesante. No tenía nada que ver con Formula 1, obviamente, pero nos divertimos mucho durante la media hora que duró el evento. Tras la clasificación de los Porsche disponíamos de poco más de una hora libre hasta que diese comienzo, por fin, la clasificación de la Formula 1, el fuego real, la primera lucha por la pole que íbamos a presenciar en persona. Nos fuimos a comer a uno de los restaurantes que teníamos más cerca. Servían hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas, en fin, el clásico menú de comida rápida. Nos sentamos en un tranquilo merendero ubicado cerca de nuestra grada y nos dispusimos a disfrutar de nuestros perritos calientes, eso si, a precio de oro. Cuando quisimos darnos cuenta ya era hora de volver a nuestros asientos, faltaban pocos minutos para el comienzo de la Q1. Y el semáforo por fin se puso en verde para señalizar el inicio de la clasificación. La actividad en pista no varió demasiado en los primeros minutos debido a que muchos equipos decidieron demorar sus salidas a pista con el objetivo de ahorrar neumáticos de cara a la carrera. A los cinco minutos los coches empezaron a salir de sus garajes, todo volvía a la normalidad. He de decir que era bastante más difícil seguir la clasificación desde las gradas que desde la televisión de mi habitación. A pesar de tener una pantalla gigante relativamente cerca y estar escuchando los comentarios de Antonio Lobato y Jacobo Vega en mi teléfono móvil, aunque dichos comentarios me llegaban con unos 40 segundos de retraso. Los pilotos apretaban y exprimían sus monoplazas mucho más que en las sesiones de entrenamientos, se podía ver a kilómetros de distancia. Se notaba en el paso por curva, en la manera de cambiar de marchas, en las trazadas. Era latente que ya había algo importante en juego, las posiciones de salida para la carrera del día siguiente. Cada vez que el Ferrari F138 de Fernando Alonso pasaba por delante de nuestra tribuna, o de cualquiera de las tribunas del circuito, el público se levantaba eufórico y el ruido aumentaba considerablemente, y no solo por los decibelios del motor Ferrari 056. El ambiente era increíble, se podía respirar y sentir todo el apoyo que las gradas transmitían hacía el piloto asturiano. Al finalizar la clasificación muchos preguntaban al de al lado "¿Quién ha hecho la pole?", otros preguntaban "¿Cómo ha quedado Alonso?". Unos cuarenta segundos después escuché desde los auriculares de mi móvil a Antonio Lobato narrando la pole position de Nico Rosberg, piloto de Mercedes, y el quinto puesto de Fernando Alonso. Nos quedamos con un sabor de boca un tanto amargo, pero nada empañaba las ganas que teníamos de vivir la carrera al día siguiente. Un quinto puesto no estaba mal del todo, y el ritmo que Ferrari había mantenido todo el fin de semana era prometedor. Había sido otro día de provecho. Volvimos al hostal y repusimos todas las fuerzas posibles para el ansiado Domingo, la esperadísima carrera. No teníamos ni idea del grandísimo día que nos esperaba.


Domingo 12 de Mayo, 2013. Por fin había llegado el día que tanto habíamos estado esperando. Todo lo anterior en aquel momento me parecía tan solo un pequeño preámbulo de lo que se avecinaba en el horizonte. Mi indumentaria del equipo Ferrari esperaba colgada en las perchas de nuestra habitación. En sus bolsillos estaban nuestras entradas. Lo teníamos todo preparado, ya que inmediatamente después de la carrera partiríamos de vuelta hacia Bilbao con la idea de evitar largas caravanas que ralentizasen nuestro viaje de vuelta. Para nosotros el día empezó a las diez de la mañana. Al ser festivo el bar del hostal en el que desayunábamos todas las mañanas estaba cerrado, así que decidimos parar en otro bar que había de camino al circuito para desayunar y coger fuerzas, las íbamos a necesitar. A las 11:45 estaba programada la carrera a catorce vueltas, alrededor de media hora, de la Porsche Mobil 1 Supercup, y al haber presenciado la clasificación de la misma el día anterior nos picaba la curiosidad. Fue la manera perfecta de abrir boca. Vimos salidas de pista, múltiples batallas entre diferentes pilotos, en resumen, muchísima acción en pista. Todas las categorías de las que fuimos espectadores durante todo el fin de semana más allá de la Formula 1 nos habían dejado muy buen sabor de boca. Apenas quince minutos después de la carrera de los Porsche tuvo lugar el famoso "driver's parade", el desfile de los pilotos por la pista saludando a todos los aficionados. El objetivo de mi videocámara era testigo de todo lo que pasaba frente a nuestros asientos. Poco antes de llegar a nuestra zona Fernando Alonso detuvo su vehículo para acercarse a la Pelousse y saludar de cerca a todos los aficionados que estaban alli ubicados. Fue un gran momento incluso viéndolo desde la pantalla gigante. Nira Juanco también pasó saludando desde otro coche detrás de todos los pilotos. El número de espectadores que presenciaban la carrera desde el circuito ascendía a la cifra de 94.800, era increíble. Era una inmensa marea roja, y el ambiente era inmejorable. Tras el desfile de pilotos decidimos abandonar nuestros asientos para trasladarnos a las inmediaciones de la tribuna B y comernos unos bocadillos, el último tentempié antes de la carrera, nuestra última comida en Montmeló. La cantidad de banderas de Ferrari iba creciendo, las camisetas rojas, las gorras... el Circuit de Catalunya se tiñó literalmente de rojo. Se acercaban las dos de la tarde, era hora de tomar asiento por última vez y, sencillamente, disfrutar de lo que nos deparase el asfalto catalán. Mi cámara seguía grabando sin perderse detalle, iba a dar comienzo la vuelta de formación y ya notaba mi corazón latiendo en mi garganta, los nervios y la emoción me embargaban. Se oía perfectamente el ruido de los motores en la recta principal desde donde nos encontrábamos nosotros. Podía visualizar a los pilotos haciendo los clásicos "burnouts" sin mirar la pantalla gigante, solamente por el sonido que abarcaba todo Montmeló. Los coches se apelotonaban delante de nosotros en la curva 12 mientras calentaban sus neumáticos y completaban todos los preparativos previos al gran momento. Ya estaban todos los pilotos colocados en sus posiciones de parrilla, era cuestión de segundos. Las luces del semáforo se encendieron, y progresivamente se fueron apagando una a una. 5,4,3,2,1... ¡y por fin arrancó el Gran Premio de España 2013! Los primeros metros del asturiano fueron muy buenos aunque parecía haberse quedado estancado en la recta, pero al menos mantuvo la posición. Al pasar la curva 2 le cogió el exterior a Kimi Räikkönen, emparejándose con el y adelantándole finalmente, y después a Lewis Hamilton, consiguiendo ganarle también la posición al piloto inglés a la salida de la curva 3. Recuerdo perfectamente mis palabras en aquel momento como si hubiera pasado ayer mismo, "Cuidao ahí! cuidao! va! va! va!". Si, muy profundo. No cabía dentro de mi. La salida y las primeras curvas habían sido tremendas, aún escribiendo estas líneas y recordando el momento se me pone el vello de punta. Alonso se había colocado tercero, la carrera había empezado bien. Justo delante de nosotros Romain Grosjean empezó a tener problemas con su rueda trasera derecha, que finalmente le obligaron a retirarse. Todas las vueltas en las que Alonso rodaba pegado al alerón trasero de Nico Rosberg las vivía como nunca había vivido una carrera por televisión. Sencillamente no había color. Cuando llegaron las primeras paradas en boxes y Alonso consiguió ganarle la posición al alemán Sebastian Vettel la afición de todo Montmeló se levantó y rugió a la vez. Y cuando consiguió adelantar a Rosberg para liderar la carrera tras 13 vueltas el ruido ya era insuperable, eclipsaba incluso el sonido de los motores V8 de los monoplazas. Y aún quedaban 53 vueltas por delante. De repente vimos como la rueda trasera derecha del Caterham de Giedo Van der Garde se desprendía del coche y salia rebotando por la escapatoria de la curva 10, camino de la grava. Los comisarios salieron corriendo de su puesto de control para recogerla. Todo ello quedó reflejado en mi cámara de vídeo. La experiencia de vivir la carrera en persona no tenía comparación posible con ninguna otra cosa. Numerosas batallas tuvieron lugar frente a nosotros, la verdad es que la ubicación que nos ofrecían nuestras entradas me dejó más que satisfecho. Las vueltas se iban completando y nos acercábamos al final, Fernando Alonso estaba cada vez más cerca de llevarse la victoria en el Gran Premio de casa, y nosotros íbamos a presenciarlo en nuestra primera vez. Demasiado bonito para ser cierto. El público se levanto y todos vivimos las últimas vueltas de pie, la ocasión lo merecía. Alonso pasó por delante de nuestra grada, ya estaba hecho. Vuelta 66, bandera de cuadros, ¡victoria para Fernando Alonso en el Gran Premio de España! Mi sensación era indescriptible. No me podía creer que hubiera visto ganar a Fernando Alonso, conduciendo un Ferrari y en el mismísimo Gran Premio de España, todo ello en la primera vez que yo iba a un circuito de Formula 1 como espectador y gran aficionado. Increíble. Fernando Alonso pasó por la curva 12 y por delante de nuestros asientos por última vez luciendo una bandera española que le había pasado un comisario de carrera. Menudo momentazo, no tenía palabras. Quería que aquello no acabase nunca. En ese momento tocaba abandonar definitivamente el circuito de Montmeló para poner rumbo de nuevo a casa. El camino hacía el coche también fue entretenido, con cánticos de victoria, banderas de Ferrari, Asturias y España ondeando por todas partes. La marea roja abandonaba el Circuit de Catalunya en avalancha. Aquel día sabía que iba a dormir mejor, había conseguido vivir una de las experiencias que más me habría gustado y que aún así jamás habría imaginado que viviría. El broche de oro a un fin de semana que había sido inolvidable. Justo antes de ponernos en marcha nos hicimos la última foto en Montmeló, en el aparcamiento. La última instantánea de un fin de semana que no olvidaremos nunca, una experiencia que he compartido aquí con todos vosotros, que espero de todo corazón haberlo hecho correctamente y, sobre todo, que os haya gustado.


Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a todos los que me seguís y me leéis todas las semanas, no os podéis hacer una idea de cuanto significa para mi. Porque Formula Paddock no sería nada sin sus seguidores, que ya son unos cuantos. Aquí tenéis también, como broche final a este artículo especial de dos partes con motivo del Gran Premio de España de este fin de semana, el vídeo editado por mi mismo resumiendo aquel fin de semana del año 2013 tan emocionante, que compartí con mi padre y que nunca podré olvidar. Un saludo para todos y muchísimas gracias.




Eder Vega
Formula Paddock
06/05/2014