Una vez más, como ya es costumbre en esta temporada 2014, la carrera del domingo pasado en Monte Carlo volvió a ser monótona y aburrida. Pero hoy el protagonista de este artículo no va a ser la falta de emoción e interés que suscita, al menos a un servidor, esta nueva Formula 1 de hoy en día. Aquel glamuroso domingo, que no lo es tanto, hubo otro hombre sobre el asfalto monegasco que hoy realmente merece que se le dediquen unas cuantas líneas en este blog. Un piloto con muchísimo talento, en un equipo económicamente más débil que todos sus rivales y con un coche infinitamente más dificil de controlar que cualquier otro de la parrilla. Un jóven piloto francés, perteneciente a la Ferrari Driver Academy, que al cruzar la bandera de cuadros consiguió también meterse dos valiosos y merecidos puntos en el bolsillo acabando en novena posición, incluso después de haber recibido dos sanciones durante el Gran Premio. El equipo, Marussia F1 Team. El piloto, Jules Bianchi.
No quiero repetirme y caer siempre en las mismas críticas y en los mismos argumentos respecto a esta F1 híbrida. A ello se debe, entre otros motivos que ya he mencionado unas líneas más arriba, que hoy el foco de atención del blog vaya a centrarse en Bianchi y su equipo, Marussia. Pero si hay un cierto número de detalles por parte de la realización del Gran Premio de Mónaco, la Formula One Management, que no me parecieron correctos en absoluto, aunque todo ello más tarde quedara eclipsado por la actuación del francés. El más destacable de todos ellos sería el exceso de tiempo que abarcaron los dos pilotos de Mercedes en pantalla, totalmente desmesurado teniendo en cuenta que constantemente rodaban en fila india y no había ningún tipo de acción en aquellas imágenes, mientras que en otros puntos del circuito si que estaban pasando cosas mucho más interesantes. Por otra parte mis quejas van dirigidas al equipo que se encarga de las retransmisiones en directo de la F1 en el canal de televisión Antena 3. La masacre y tortura a la que son sometidas las emisiones, y a la que nos están acostumbrando en las últimas carreras, es ya algo más que escandalosa. La cantidad de publicidad es excesiva y casi siempre en los momentos de mayor interés de la carrera, no nos permiten ver las ruedas de prensa tras la clasificación y la carrera y tampoco nos ofrecen las declaraciones que siempre hace Fernando Alonso con Nira Juanco en el "corralito" en caso de no acabar entre los tres mejores. Una cantidad de despropósitos que a mi parecer vienen precedidos por la comodidad y la arrogancia de creer que su equipo es mejor y que ofrecen lo mismo que su competidor, Movistar TV, solo que de manera gratuita. Pero han llegado a un punto en que lo que realmente están haciendo es descuidar totalmente su producto y a todos sus espectadores. Ellos sabrán. A partir de aquí, y dándome cuenta de que finalmente me he extendido más de lo que pretendía, cambiamos de tercio y nos centramos en el gran trabajo realizado por el galo Bianchi y su equipo. Trabajo que se vio recompensado con un botín de dos puntos al finalizar la carrera, y todo lo que ello acarrearía de acabar así el mundial. Dicho así puede parecer poca cosa, pero lo que consiguió el equipo Marussia en Mónaco fue algo realmente grande y que se escaparía absolutamente de sus posibilidades en cualquier otro circuito en condiciones normales. Esos dos puntos podrían ser una distancia ya insalvable para Caterham, su rival más directo en parrilla. En este momento, Marussia se encuentra colocada en el noveno puesto del mundial de constructores, por delante de Sauber y Caterham, y de acabar así la temporada el equipo recibiría una suculenta inyección de fondos por parte de la FOM, algo que sin duda les ayudaría a ser aún más fuertes el próximo año y les permitiría volver a estar por delante de sus enemigos más cercanos. Al finalizar la temporada pasada la escudería anglo-rusa acabó en décima posición, también por delante de Caterham y recibiendo cierta cantidad de dinero por parte de la organización al no ser el último equipo clasificado. En resumen, una muy buena situación para el equipo más modesto de esta Formula 1 tan descaradamente ostentosa.
Y todo ello gracias al magnifico pilotaje, aunque no exento de incidentes, de uno de sus pilotos sobre el asfalto de Monte Carlo, quien luce y lucirá siempre en su casco el dorsal número 17. Jules Bianchi comenzaba la carrera desde la decimonovena posición. Por delante de el, al comenzar la vuelta de formación, Pastor Maldonado se quedó parado con su Lotus y tuvo que ser empujado hasta el pit lane para comenzar la carrera desde allí, por detrás del Caterham de Marcus Ericsson. Ese fue el primer incidente que le costaría a Bianchi, entre otros, una investigación que se anunciaría durante la undécima vuelta al trazado de Mónaco. Al quedar libre la plaza de Maldonado en la parrilla, los pilotos de Marussia, Chilton y Bianchi, y Gutierrez, piloto de Sauber, posicionaron mal sus monoplazas al finalizar la vuelta de formación previa al inicio del Gran Premio. Finalmente durante la vuelta 19 se anunció la decisión de los comisarios al respecto, y consistía en un Stop/Go de cinco segundos para todos los pilotos implicados. La sanción se cumple cuando el piloto entra en el pit lane y detiene su coche en el box durante cinco segundos, durante los cuales no se permite hacer ningún cambio de neumáticos o ajuste en el monoplaza. Este año la nueva normativa permite no realizar dicha parada durante la carrera, en cuyo caso esos cinco segundos se añadirán al tiempo total marcado por el piloto, pudiendo perder posiciones después de haber cruzado la bandera de cuadros. En el caso de Bianchi decidieron cumplir la sanción durante la carrera. Pero eligieron el momento equivocado, ya que que lo hicieron durante el periodo de Safety Car debido al accidente del Sauber de Adrian Sutil en la chicane después del túnel. Fue un error un tanto incomprensible, ya que no está permitido cumplir este tipo de sanciones cuando el coche de seguridad está en pista. Todo ello le costó a Bianchi una nueva investigación que se anunciaría en la vuelta 59, y la decisión de los comisarios mantuvo a todo el equipo en vilo durante los siguientes giros. Previamente a dicha investigación el piloto francés sufrió otro incidente en pista, un encontronazo con el Caterham de Kamui Kobayashi. El japonés venía defendiéndose de Kimi Räikkönen y su F14-T durante varias vueltas, pero al llegar a la Rascasse finalizando la vuelta 36 no pudo mantener su posición, el piloto finlandés consiguió adelantarle. Por detrás venía Bianchi, que al ver un pequeño hueco abierto por delante de el decidió tirarse a la piscina. Le metió el coche a Kobayashi por el interior de la curva pero en un margen muy estrecho. Tal vez Bianchi fue demasiado agresivo, pero si no arriesgas, sencillamente no ganas. Hubo contacto entre los dos monoplazas y el francés logró ganarle la posición al piloto de Caterham. Este se quejó tras la carrera, declarando que tras el toque su coche era prácticamente inconducible y asegurando que el piloto galo merecía una sanción por el incidente. Yo personalmente no creo que mereciera ninguna penalización por esa acción en concreto. No fue hasta la vuelta 66, a tan solo 12 giros del final, cuando se anunció cual sería la sanción para Bianchi por cumplir su anterior Stop/Go durante el periodo de Safety Car. Los comisarios del Gran Premio de Mónaco decidieron imponerle a Bianchi otra penalización idéntica a la que le habían impuesto previamente, otro Stop/Go de cinco segundos, aunque en este caso el equipo decidió no cumplirlo durante la carrera y que se añadiera al tiempo total de su piloto al cruzar la bandera de cuadros. En ese momento Bianchi se encontraba rodando en décima posición por delante de Romain Grosjean con su Lotus, a una distancia suficiente como para no verse perjudicado por la sanción, pero Grosjean iba poco a poco recortándole tiempo, sería muy difícil conseguir ese último punto. En la vuelta 74, de las 78 de las que constaba el Gran Premio, hubo otro incidente por delante del piloto de Marussia del que este se beneficiaría en gran medida. Räikkönen intento ganarle la posición a Kevin Magnussen y a su McLaren en la mítica curva de Loews, pero no estuvo acertado el finlandés y acabaron enganchados los dos pilotos, bloqueando el paso por la curva más cerrada y lenta de todo el calendario. Fue entonces cuando Bianchi consiguió colocarse octavo. La distancia con Grosjean era ya prácticamente insalvable pero los puntos estaban casi asegurados, tan solo quedaban cuatro vueltas para el final. Y así fue, Jules Bianchi cruzó la bandera de cuadros sabiendo que caería a la novena posición, pero metiéndose en su bolsillo y regalándole al equipo anglo-ruso Marussia sus primeros puntos en la Formula 1. Un trofeo más que merecido como gratificación para el durísimo trabajo realizado por todo el equipo durante su breve historia en la categoria reina.
Más allá de Mercedes. De Hamilton. De Rosberg. De esta nueva Formula 1, aburrida como no lo había sido nunca. Más allá de cualquier otro suceso que aconteciera durante aquel fin de semana en Monte Carlo. Por encima de todo, y por que realmente se lo merecen, estan Jules Bianchi y su equipo, Marussia F1 Team, que han conseguido hacer historia en un "deporte", que para mi no lo es, tan complicado como la F1. Nada más y nada menos que en Mónaco, el circuito mítico y clásico por excelencia. Hoy este artículo va dedicado a todos ellos, porque el intenso trabajo finalmente siempre recibe su merecida recompensa.
Eder Vega
Formula Paddock
27/05/2014