martes, 25 de marzo de 2014

EL PODIO MÁS LARGO DEL MUNDO



En primer lugar, y para evitar que cualquiera de nuestros lectores malinterprete el título, he de aclarar que no se trata de un récord guinness. No me estoy refiriendo a un podio de longitud desmesurada, ni mucho menos, sino a la tensa situación que se vive en la Formula 1 desde pocas horas después de que el champan empapase los tres escalones del pedestal australiano de Albert Park. Situación que ha creado una gran polémica en las últimas horas debido a las fuertes palabras, y en mi opinión también amenazas mal disimuladas, del empresario austriaco fundador de Red Bull, Dietrich Mateschitz. Un podio que durará exactamente 29 días y que se decidirá el próximo 14 de Abril en los despachos de Paris.

Para Daniel Ricciardo era un sueño debutar en su nuevo equipo con un segundo puesto, sobre todo después de haber visto el más que pobre rendimiento del RB10 durante los test de pre-temporada. El australiano se había ido ganando su lugar en el cajón durante todo el fin de semana. Siempre por delante de su compañero Sebastian Vettel, mostrándose fuerte y regular durante los entrenamientos libres y más tarde en la clasificación, especialmente en Q3, sesión en la que tuvo la pole en sus manos durante escasos segundos. Pero todo ese gran trabajo del joven piloto quedó totalmente eclipsado tras la carrera por lo que parece ser, en mi opinión, una gran muestra de arrogancia por parte del equipo tetracampeón del momento. Por lo visto la FIA mantuvo conversaciones con Red Bull durante la carrera en las que informaban de que el coche de Ricciardo estaba corriendo por encima de los límites de consumo de combustible permitidos, pero en Red Bull negaron haber superado ningún tipo de límite y decidieron ignorar las recomendaciones de la federación internacional. A todo esto hay que añadir que la FIA tiene sus propios sensores de medición homologados y todos los equipos deben incorporar estos sensores en sus coches, así es como se aseguran de que todos los monoplazas de la parrilla respeten los baremos establecidos, aunque aún es una tecnología inmadura y su funcionamiento no es siempre el idóneo. Otro dato interesante a añadir es que Red Bull, vista la falta de fiabilidad del sensor proporcionado por la FIA, decidió implantar en sus coches sus propios sensores de medición, según ellos, más fiables que los de la federación. Como broche hay que destacar que previamente al Gran Premio de Australia la FIA ya advirtió que sería tremendamente firme respecto a la normativa y sancionarían sin dudarlo a cualquiera que excediese en lo más mínimo esos baremos. Finalmente, unas pocas horas después de la carrera, Ricciardo es sancionado por exceder los límites de consumo de combustible y excluido de los resultados de la carrera. Dieciocho puntos que se disiparon como el spray del champan con el que celebró su posición en el podio.

A partir de aquí es donde empieza la polémica. Red Bull presenta una apelación en contra de la decisión de la FIA y esta decide resolverlo al cabo de aproximadamente un mes en su sede de Paris. Mientras tanto, el fundador del vigente equipo campeón, Mateschitz, lanza unas declaraciones en las que afirma que su equipo respetó la normativa y no hay razón alguna para la sanción. También aclara que a pesar de haberlo ganado todo durante los últimos cuatro años hay ciertas cosas que no están dispuestos a aceptar. Pero no conforme con eso decide añadir presión al ambiente y expresa su reticencia absoluta ante esta nueva Formula 1 y asegura que no hay nada en este momento que les comprometa con la máxima categoría del automovilismo. En resumen, una manera de decir que no están de acuerdo con la descalificación de Ricciardo, lógico, y amenazar con abandonar la Formula 1 en caso de que la FIA decidiese resolver la apelación en contra del equipo austriaco. O al menos eso es lo que entiende un servidor. Ahora lo que yo me pregunto es si la FIA, después de advertir sobre su especial firmeza en aplicar el reglamento en este aspecto, volverá a ceder ante las presiones de Red Bull o, por el contrario, que haría Red Bull si finalmente no hubiese cambios en la decisión de descalificar a Ricciardo. ¿Realmente abandonarían la Formula 1?

Aún faltan varios días para poder despejar esas dudas, pero lo que si está claro a día de hoy es que la competición la mueven sobre todo los intereses económicos y políticos de los que manejan el cotarro, por decirlo de una manera sencilla, y todo ello hace que en cierto modo se vean campeonatos adulterados y con normativas que van cambiando sobre la marcha según a que equipos les interese y a cuales no. Yo, como aficionado y espectador, no puedo evitar perder interés con cada Gran Premio en este deporte que, lamentablemente, cada vez lo es menos.


Eder Vega
Formula Paddock
25/03/2013

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