Para un aficionado como yo éstas tres semanas sin Formula 1 se hacen realmente largas. Tan largas como la sombra de Bernie Ecclestone. Cualquiera que esté leyendo esto puede estar sintiéndose identificado en este mismo momento. Tres semanas para un Gran Premio que todos los españoles vivimos de una forma diferente, ya que corremos en casa, pero desde hace ya un par de años, largos también, cuando veo una carrera en el mítico circuito de Montmeló, ya sea en directo o repetida varias veces como suele ser mi caso, lo hago con otros ojos. Y digo esto porque allá por el año 2013 tuve el privilegio de poder presenciar el Gran Premio de España desde la grada, la que finalmente resultó ser la última victoria de Fernando Alonso con la Scuderia Ferrari. Hace un año aproximadamente os describí detalladamente en un doble artículo la que entonces fue mi experiencia junto a mi padre. Tranquilos, no voy a repetirme de nuevo volviendo a contar lo mismo, no es mi intención. Pero si es verdad que cuando se acerca este evento siento cierto cosquilleo en el estómago y vuelven todos aquellos recuerdos como si los hubiera vivido ayer mismo.
Aquí empieza una nueva etapa del mundial. Los equipos llegan a Europa y todo es mucho más fácil a la hora del transporte, logística, desarrollo y un etcétera bastante largo también. Los equipos tienen mucho trabajo por delante, unos más que otros, y hay mucha expectación de cara a lo que puede suceder sobre el asfalto del Circuit de Barcelona-Catalunya. Y no es para menos.
La carrera en Bahrain fue cuanto menos divertida, incluso más que la de hace un año en mi opinión. Otra victoria de Lewis Hamilton, aunque más trabajada que en ocasiones anteriores. Los Ferrari apretando muy de cerca a los Mercedes. Nico Rosberg con visos de volver a demostrar esa garra que lució la pasada temporada. Fernando Alonso muy cerca de los puntos. Pastor Maldonado haciendo de las suyas ya desde la primera vuelta. En fin, que hubo varios puntos de interés durante prácticamente toda la carrera. Uno de los más divertidos, a nivel personal he de decir, fue el momento en el que el piloto asturiano se topaba con Kimi Räikkönen en pista, su ex-compañero en las filas transalpinas, y le presionaba moviendo el coche a un lado y a otro, enseñándole el morro hasta que finalmente le ganó la posición y consiguió así desdoblarse del finlandés. Hay que admitir que este suceso pasaría más inadvertido de no ser por ciertas palabras, que estaban totalmente fuera de lugar en mi opinión, del propio finlandés en el evento anterior, el Gran Premio de China.
Recapitulando, y para poner a todos los lectores en situación, recordemos que en Shanghai Kimi Räikkönen cumplía con el papel de liebre y se acercaba rápidamente al monoplaza de Fernando Alonso, llamémoslo tortuga, para no solo adelantarle, sino doblarle. En ese momento Iceman lanzaba un mensaje por radio que más tarde emitirían en directo desde la realización de la FOM. En inglés, decía "Come on, get that McLaren out of the way", que traducido al español viene siendo "Venga, quitad ese McLaren de en medio". No puedo afirmar si esas palabras iban con rencor o con saña por parte del piloto de Ferrari, pero al menos daba la impresión de que, desde luego, así era. Pocas vueltas más tarde Kimi volvía a encontrarse con un par de coches a los que les mostraban las banderas azules para que le dejaran pasar. Entonces salía a relucir otro mensaje de radio, "Come on, get these two cars out of the way", o lo que es lo mismo, "Venga, quitad estos dos coches de en medio". No quiero centrarme absurdamente en este tema ni buscarle un significado oculto a las palabras del finlandés. Da la sensación de que finalmente ha despertado de su letargo y vuelve a mostrarse ante sus rivales, de nuevo enseña sus colmillos. Pero aquellos desafortunados comentarios en el Gran Premio de China propiciaron que en Bahrain, a pesar de que las ruedas de Räikkönen estuvieran muy desgastadas y las de Alonso mucho más frescas, independientemente de que fuera un adelantamiento fortuito, el hecho en si de que el piloto asturiano de McLaren Honda se desdoblará del veloz Ferrari tuviera, y ahora lo digo dejándome llevar por el corazón, muchísima gracia. Hasta el punto de parecer algo así como justicia poética. Un regalo del destino para dar pie a la venganza. Más allá de eso, y volviendo a mi ser racional, creo que comentarios así sobran, directamente. Me parece una mera señal de arrogancia y chulería, incluso de cierto desprecio hacia los pilotos que en ese momento estaban involucrados. Y esto lo digo como aficionado y seguidor de la Formula 1, no de Fernando Alonso.
No voy a extenderme mucho más. La carrera de hace un par de días en Sakhir me dejó un gran sabor de boca y, como ya he dicho, la espera se va a hacer larga, muy larga, hasta que el gran circo aterrice de nuevo en Barcelona. Hasta entonces me encontraré tan expectante, y ahora voy a poner el toque metafórico y filosofal del artículo, como esas pistolas que utilizan los mecánicos para apretar las tuercas en sus fugaces pit stops y que podemos ver en la fotografía que encabeza éste artículo. Ahí aposentadas, esperando que llegue el momento de volver a la acción. Así me encuentro yo, esa es la palabra. Expectante. Si yo tuviera un ingeniero en este momento al otro lado de la radio y pudiera pedirle algo, sin duda alguna mis palabras serían "Come on, get these three weeks out of the way", es decir, "Venga, quitad estas tres semanas de en medio". Cualquiera que esté leyendo esto puede estar sintiéndose identificado en este mismo momento.
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