domingo, 14 de diciembre de 2014
SORTEO 2 GORRAS + TAPONES (CERRADO)
Esta es la gran sorpresa que os teníamos guardada en Formula Paddock para celebrar nuestro primer aniversario el próximo 21 de Diciembre del 2014. En nombre de todo el equipo, quiero daros las gracias a todos los que nos seguís y nos habéis apoyado durante el último año, los más de 1000 seguidores que nos dais fuerza para continuar y hacerlo aún mejor el año que viene. Por todo ello, a partir de este momento sorteamos dos gorras, una de ellas es una réplica oficial de la gorra utilizada por el equipo Ferrari durante la temporada 2013. La otra es también una réplica, aunque en este caso se trata de la gorra que ofrece Pirelli al ganador de un Gran Premio durante la ceremonia del podio después de la carrera. En el lote también se incluyen unos tapones marca Ferrari para proteger los oídos, acompañados de un pequeño contenedor de aluminio con el logotipo del Cavallino Rampante esmaltado en la parte delantera y una práctica funda. El sorteo comienza el Domingo 14 de Diciembre a las 0:00H (Hora peninsular), y finaliza el día del aniversario, el próximo Domingo 21 de Diciembre a las 13:00H (Hora peninsular). Para participar solo tenéis que hacer Retweet y seguirnos en caso de que no fuerais seguidores previamente. A continuación os mostramos una imagen del tweet que tenéis que retuitear para participar. Podéis acceder al tweet directamente haciendo click en este enlace. Si simplemente lo marcáis como favorito, lo citáis o lo retuiteáis pero no nos seguís no entraréis en el sorteo. El tweet se encuentra fijado en nuestro perfil de Twitter para que esté a la vista de todos los que deseen participar.
Recordad, el plazo para participar termina el próximo Domingo 21 de Diciembre a las 13:00H (Hora peninsular), momento en el que el sorteo se cerrará definitivamente. El ganador será anunciado a través de nuestra cuenta de Twitter tan solo una hora después, a las 14:00H (Hora peninsular). Todos los que hagan retweet después de las 13:00H (Hora peninsular) del Domingo 21 se quedarán fuera del sorteo. El ganador será elegido al azar entre todas las personas que hayan hecho retweet y nos hayan seguido, si es que no nos seguían previamente, antes del plazo establecido. Recordad también que simplemente marcar el tweet como favorito, citarlo o retuitearlo pero no seguirnos no sirve para participar. Inmediatamente después de anunciarse el ganador nos pondremos en contacto con el a través de un mensaje privado para que nos facilite la dirección a la que enviarle el paquete, para que pueda disfrutar de este especial regalo de Navidad lo antes posible. El envío se realizará de manera estándar mediante Correos y se entregará en un plazo máximo de 10 días laborables a partir del momento del envío. Por otro año junto a todos vosotros y, si es posible, junto a otros 1000 seguidores más! Muchísimas gracias y muchísima suerte a tod@s!!!
GANADORA: @P_Encabronada
Eder Vega
Formula Paddock
14/12/2014
martes, 25 de noviembre de 2014
NO ES UN MARTES CUALQUIERA
Hoy, 25 de Noviembre del 2014, un martes, pero no un martes cualquiera, me siento frente a este conjunto de teclado y monitor por última vez esta temporada para ofreceros estas líneas, las últimas que escribiré este año en mi blog, vuestro blog... Nuestro blog. Es un momento emotivo, con mucho significado para mí, ya que este ha sido el primer año que en el que me he dedicado, a nivel de aficionado, a comentar la Formula 1 de cara al público. Con noticias, declaraciones, comentando las diferentes sesiones en directo a través de nuestra cuenta de Twitter, incluso realizando emisiones en directo desde YouTube, organizando tertulias con mis compañeros Iker Mesa y Urko Fernández. Ha sido mucho lo que he vivido durante estos nueve meses, si bien es cierto que el campeonato no ha sido de los más interesantes de los últimos años. A menos de un mes de que Formula Paddock cumpla su primer año hemos sumado más de 900 seguidores, y ese es uno de los principales motivos que me impulsa a seguir adelante y hacerlo aún mejor el próximo año, porque vosotros lo habéis hecho posible y, sobre todo, porque os lo merecéis.
Hace un par de días concluía definitivamente la temporada 2014 de Formula 1, coronando a Lewis Hamilton como bicampeón del mundo, igualando así a Fernando Alonso, los únicos bicampeones de la actual parrilla. La de Abu Dhabi fue una carrera cómoda para el británico, digamoslo así. Nico Rosberg, por el contrario, tuvo la que fue sin duda su peor carrera del año. El alemán no salió bien cuando se apagó el semáforo, y un posterior problema en el sistema ERS de su monoplaza le impedía tener un ritmo suficientemente bueno como para poder mantener sus opciones, hasta que finalmente cruzaba la bandera de cuadros en decimocuarta posición. No fue un final digno para un contendiente al título, hubiera sido infinitamente más emocionante que los dos monoplazas de Mercedes hubieran tenido que luchar sobre el asfalto, pero así es la Formula 1. Hamilton conseguía su segundo título desde que lograra estrenarse en Brasil allá por el 2008. Rosberg demostró ser todo un deportista y un caballero al decirle a su ingeniero por radio, cuando este le pedía que volviera al garaje para retirarse de la carrera, que quería llegar hasta el final. También cuando decidió subir a la antesala del podio, en la que se encontraba Lewis, para felicitarle por su hazaña. No he visto a muchos hacer algo así. Ambos se merecían el título, al menos eso es lo que creo personalmente, pero Lewis Hamilton ha sido el justo vencedor después de conseguir once victorias en una sola temporada.
Era el banderazo final a un mundial, en lineas generales, aburrido. El campeonato ha estado necesitado de alicientes durante prácticamente todo el año. Desde el principio hubo mucha polémica con el sonido de los coches, los nuevos motores, normativas, y un largo etcétera. Pero con el paso de los meses es cierto que nos hemos acostumbrado a ello, y con esto no quiero decir que nos haya acabado gustando, al menos en mi caso, pero es innegable que si desde el principio hubiera habido más batalla por el título, por las victorias o simplemente hubiera habido más emoción en pista, esas polémicas no hubieran cogido tanta fuerza. Nueve meses después de la carrera inaugural en Australia, el 16 de Marzo, la temporada finaliza y nuestras expectativas ya se centran únicamente en lo que nos depare el gran circo el próximo año, en 2015. El resto ya es historia.
La llegada de Sebastian Vettel a Ferrari, donde por primera vez le veremos vestido de rojo. El regreso de Fernando Alonso a McLaren, que aún no siendo oficial ha cogido todavía más fuerza tras el desliz de Don Juan Carlos el pasado domingo. Todo ello unido también al retorno de Honda a la Formula 1 de la mano de la escudería de Woking. Motivos para mantener el interés, desde luego, no faltan. Solo nos queda esperar que el año que viene podamos disfrutar de una gran batalla entre varios equipos y pilotos y no ser testigos de nuevo del dominio de un solo constructor. Teniendo en cuenta, además, que el año 2015 puede ser el último en el que en España podamos disfrutar de las emisiones de Formula 1 en abierto. Tendremos que mantenernos en vilo durante los próximos tres meses. No quiero olvidarme de Jules Bianchi, de mandarle todo el apoyo y fuerza posible para que pueda seguir adelante en estos momentos tan difíciles para el y su familia. Esperamos poder verle de nuevo algún día. Aunque no sea subido a un monoplaza, pero si alrededor del paddock, lugar en el que tanto se le ha echado en falta desde el trágico Gran Premio de Japón.
Aunque no haya sido el mundial que más me hubiera gustado comentar o vivir de la forma en la que lo he hecho este año, estoy encantado de haberlo hecho junto a todos vosotros, los que nos seguís y leéis este blog cada martes. Por todo ello tengo que daros las gracias a todos, simplemente por haber estado ahí, motivo más que suficiente. En este momento tenemos que poner un punto y final, recargar las baterías y coger fuerzas para volver y hacerlo aún mejor el próximo año. Creedme, lo haremos. También quiero dar las gracias a mis compañeros ya mencionados al inicio de este artículo, Iker Mesa y Urko Fernández, por aportar su sabiduría y sus opiniones durante nuestras emisiones en directo vía YouTube, donde este sábado volveremos a escucharnos para echar el cierre definitivamente a la temporada. Esperamos veros a todos al otro lado para compartir ese momento.
Por todo lo vivido, lo escrito y lo compartido. Por que es el momento de despedirse. Porque no volveré a escribir en este blog durante los próximos 112 días. Por todo eso, y por mucho más, es por lo que os decía que este no es un martes cualquiera. Muchísimas gracias a todos.
Eder Vega
Formula Paddock
25/11/2014
martes, 11 de noviembre de 2014
UN BICAMPEÓN SIN FORTUNA
Ya solo queda una carrera para que todo se decida, tan solo un Gran Premio para que la actual temporada finalmente cierre el telón al ritmo que marque la puesta de sol en Abu Dhabi. En apenas dos semanas conoceremos definitivamente el nombre del campeón del mundo de Formula 1 2014. Lewis Hamilton o Nico Rosberg. El británico igualaría a Fernando Alonso, entre otros, y se colaría en la lista de pilotos con dos títulos mundiales. El alemán conseguiría entrar en la lista de los campeones del mundo ganando su primer título. 55 vueltas. 305 kilómetros. Esa es la distancia que a los dos pilotos de Mercedes les queda por recorrer para coronarse. Veremos como acaba esa batalla y como afecta la polémica doble puntuación que se aplicará en Yas Marina. Desde luego, promete.
Pero hoy mi intención no es hablar sobre la lucha por el mundial, si no otra muy diferente. Ya dije la semana pasada que esta recta final de temporada, personalmente, carece de interés y está siendo ensombrecida por diversos motivos, el más importante de todos sigue luchando por su vida en un hospital de Japón. Mi propósito es intentar expresar y reflejar a través de este teclado la que viene siendo mi opinión acerca de la trayectoria de cierto piloto de Formula 1, de los más grandes que ha visto este "deporte", a pesar de lo que muchos digan. Un español, un asturiano, un bicampeón: Fernando Alonso.
El título de este artículo resume perfectamente la esencia de lo que voy a detallar de aquí en adelante, por lo que ya os habréis hecho una idea de cual podría ser mi enfoque. Muchos estarán de acuerdo, otros estarán totalmente en contra. En este mundillo nunca llueve a gusto de todos y es fácil que haya discrepancias, diferencias de opiniones e incluso discusiones acaloradas, pero obviamente cada cual es libre de expresar su opinión y como tal deben ser respetadas, ante todo. Dicho esto, lo que yo básicamente creo es que Fernando Alonso ha tenido la mala fortuna de estar siempre en el lugar incorrecto y en el momento equivocado, lamentablemente. A día de hoy el actual piloto de Ferrari podría ser pentacampeón del mundo, y eso es un hecho. Consiguió sus dos títulos con el equipo Renault en 2005 y 2006, desde entonces ha seguido luchando y ha tenido opciones de llevarse otros tres títulos más. Concretamente hablo del año 2007, en el que el título se escapó por una gestión interna desastrosa en McLaren. Todos sabemos lo que pasó aquel año. Los dos mundiales restantes pudo haberlos conseguido vestido de rojo, el que siempre ha dicho que era su gran sueño. Pero ese sueño nunca se llegó a cumplir. En 2010 y 2012 el ovetense peleó hasta la última carrera por llevarse su tercera corona. En 2010 tuvo que resignarse a dejar escapar dicha corona vuelta tras vuelta en favor de Sebastian Vettel porque los italianos no supieron tomar las decisiones adecuadas en el momento oportuno. Ocurrió en la noche de Abu Dhabi. Frustrante. En 2012 la batalla también se prolongó hasta la última cita del calendario. En aquel caso el escenario fue Brasil, lugar en el que Fernando se coronó dos veces hace ya mucho tiempo. La carrera sobre el asfalto de Interlagos fue una de las más emocionantes y divertidas que recuerdo en los últimos años. Una de esas carreras que te mantienen pegado al asiento, aunque en mi caso la tensión me impedía mantenerme sentado. En la primera vuelta parecía que todo estaba hecho, después de la mala salida de Sebastian Vettel y su posterior accidente en la cuarta curva, en la que se lo llevaron por delante y cayó hasta la última posición con algunos daños en su monoplaza, aunque no fueron suficientes para afectar al rendimiento de aquel RB8 diseñado por Adrian Newey. El alemán finalmente remontó para acabar en sexta posición mientras que Fernando Alonso cruzaba la bandera de cuadros en tercer lugar. Fue un podio amargo. Aquel resultado le era suficiente al piloto de Red Bull y finalmente se llevó el gato al agua en una carrera con condiciones climatológicas cambiantes y no exenta de polémicas en los días posteriores. De nuevo, frustrante. Tras aquel Gran Premio de Brasil 2012 se me quedó grabada una imagen en la mente, una imagen que seguramente todos los que estéis leyendo esto también conoceréis. Sebastian Vettel celebraba su tricampeonato nada más bajarse del monoplaza. Los pilotos se acercaban a felicitarle, una muchedumbre de periodistas y fotógrafos le rodeaba, sus mecánicos y otros miembros del equipo le vitoreaban. Mientras tanto, a unos pocos metros del festejo, se encontraba Fernando Alonso, observando atentamente con la mirada fría, atónita, inmóvil. Daba la sensación de que estaba en una especie de trance, era una imagen realmente reveladora. Estaba contemplando como otro título se le acababa de escapar habiéndolo tenido de nuevo tan cerca, y no podía ocultarlo. Aquella mirada hablaba por si sola. Fue el último mundial por el que el español ha podido luchar, y esperemos que no sea el último.
Tras saborear la gloria con Renault probó suerte con Mclaren. Aquello no podía fallar. La escudería británica era por aquel entonces la más fuerte de la parrilla y Alonso sabía que estaría luchando el mundial, pero las cosas se complicaron y no pudo ser. Después tuvo un par de años de transición, de nuevo en Renault, en los que el mismo ha afirmado varias veces que a pesar de estar muy lejos de la batalla por el campeonato aprendió y maduró mucho como piloto. Finalmente llegaba a Ferrari con la esperanza de volver a saborear la gloria con el mejor y más mítico equipo de la Formula 1. Lo de mítico no se lo puede quitar nadie, pero de lo de ser el mejor equipo de la parrilla no quedaba nada, en absoluto. Fernando Alonso ha demostrado estar siempre por encima del coche que la Scuderia le ha proporcionado, hasta el punto de llegar a poner en evidencia e incómodo ridículo a los italianos. Su travesía junto al Cavallino Rampante llega a su fin, ese tercer título tan ansiado y que esperaba conseguir junto a Ferrari todavía no ha llegado, ni llegará, y aún no sabemos oficialmente cuales serán los colores que vestirá el asturiano el próximo año. Espero que no se repita la experiencia y no volvamos a ver a Alonso llegando al lugar erróneo en el momento inapropiado.
Así es. En esencia esa es la frase que utilizaría yo para describir la trayectoria de Fernando Alonso en la Formula 1. Estar en el peor lugar y en el peor momento. Aunque esas circunstancias en ocasiones se escapan al control de cada uno, lamentablemente. Creo que con el paso de los años ha demostrado y hemos podido ver carrera tras carrera el nivel al que rinde el asturiano. Si le consideran uno de los mejores de la historia de la F1 y sin duda el mejor de la actual parrilla no es por casualidad. Pero también hemos podido ver como la suerte no le ha sonreído. Rara vez lo ha hecho. Por todo ello es por lo que creo que Fernando Alonso, a pesar de ser uno de los más grandes, es un bicampeón sin fortuna.
Eder Vega
Formula Paddock
11/11/2014
martes, 4 de noviembre de 2014
F1 2014: UN AÑO PARA OLVIDAR
Como ya es habitual después de cada Gran Premio, vuelvo a sentarme frente al monitor y el teclado para dar forma textual a todo lo que me pasa por la cabeza en lo referente a la Formula 1. Han pasado apenas 48 horas desde que vivimos la carrera en el circuito de Las Américas, en Austin. El paso del gran circo por Estados Unidos a final de temporada siempre se hace notar, es obvio que a los americanos les gusta hacerlo todo a lo grande. El mercado de fichajes está de lo más animado en este momento. Fernando Alonso abandona Ferrari finalmente con rumbo desconocido por el momento. Sebastian Vettel decide marcharse de Red Bull también para, aunque no se haya anunciado oficialmente, ocupar el asiento rojo que el asturiano deja libre. La famosa "silly season" se hace protagonista. Pero ninguno de los motivos mencionados anteriormente son suficientes para inspirarme a escribir algo contundente hoy, en absoluto.
Estoy seguro de que no soy el único, pero creo que en lineas generales la Formula 1 de este año 2014 ha sido más bien aburrida. Especialmente estas últimas carreras de la temporada están sabiendo a muy poco, ya que los alicientes brillan por su ausencia y otras circunstancias de mayor importancia están eclipsando el final del mundial de manera evidente. El desafortunado accidente de Jules Bianchi, que en este momento sigue luchando por su vida en un hospital de Japón, o la reciente y polémica desaparición de los equipos más modestos de la parrilla, Marussia y Caterham, y el gran debate económico que ha acarreado. Todo ello sumado al hecho de que al campeonato a estas alturas ya le quedan muy pocos alicientes hace que muchos, entre los que me incluyo, ya tengan ganas incluso de que la Formula 1 de su campanada final en Abu Dhabi y se haga borrón y cuenta nueva para el año 2015. El estado de Bianchi nos mantiene a todos expectantes, lo único que podemos hacer es esperar y desearle muchísima suerte. Y como decía, la desaparición de Marussia y Caterham en estos últimos Grandes Premios nos llevaría a un extenso debate económico, pero no es esa mi intención en este momento. Lo que está claro es que la Formula 1 este año ha perdido su espíritu totalmente, y es obvio que algo falla a nivel interno cuando varios equipos tienen que bajarse del barco prematuramente por falta de liquidez. Con el paso de los años he llegado a la conclusión de que la F1 no es un deporte, ni de lejos, si no un gran negocio del que solo unos pocos sacan beneficio y, sobre todo, que está llena de contradicciones absurdas que evidencian ese único y exclusivo interés por nada más que los billetes. El famoso techo de costes, del que se llevan años prometiendo su implementación, pero esta nunca llega. Que quieran abaratarlo todo por una parte, pero por otra sigan añadiendo carreras nocturnas o circuitos monótonos y aburridos. Los propios motores V6 que han introducido este año y que aumentan considerablemente el coste para todos los equipos respecto a los motores V8 del año pasado. Un sinfín de absurdos que podría seguir enumerando y que han provocado una evidente caída en picado en la trayectoria del gran circo. He de admitir que al principio se escuchaban muchas quejas por los motores o el sonido y que finalmente nos hemos ido acostumbrando de alguna manera, pero también es verdad que sigue sin gustar a un gran número de aficionados y la emoción en pista se ha visto reducida drásticamente. El hecho de que no haya habido una gran batalla por ninguno de los dos títulos, el de pilotos y el de constructores, también ha influido, lógicamente. Por todo esto, y por muchas otras cosas, yo me pregunto si realmente todo este cambio de normativa ha servido para algo, o si el rumbo de la Formula 1 promete visos de algo mejor en el futuro. A mí, personalmente, me da la impresión de que no. Pero como con muchas otras cosas también, solo podemos esperar.
Como ya mencionaba al principio de este breve artículo, hay pocos alicientes en esta recta final de temporada, si bien no ha habido muchos más alicientes a lo largo del año. También es cierto que nuestras mentes ahora mismo se centran en otras cosas, pero lo que está claro es que la Formula 1 ya no es lo que era. No se como lo veréis vosotros, y aquí podemos abrir el debate, pero a mi, llegados a este punto, me parece que el 2014 para el gran circo ha sido un año para olvidar.
Eder Vega
Formula Paddock
04/11/2014
martes, 14 de octubre de 2014
FORMULA 1 BLING BLING
Se hace muy difícil escribir en este blog de Formula 1 sabiendo que, a día de hoy, a la Formula 1 le falta algo, está incompleta. La F1 sigue su ostentoso camino dejando atrás a uno de sus miembros, uno de sus integrantes, uno de sus pilotos, una de sus estrellas, Jules Bianchi. El joven francés sigue luchando por su vida en un hospital cercano al circuito de Suzuka en Japón, pero el gran circo no se detiene. Como suele decirse, el espectáculo debe continuar. Desde estas líneas quiero mandarle muchísimo ánimo, fuerza y apoyo a Jules y a toda su familia para superar este momento tan complicado. Ojalá pronto lleguen mejores noticias y podamos ver a Jules tal vez no conduciendo un monoplaza, pero si en los alrededores del paddock, sonriendo y aportando esa luz que ahora mismo parece que se ha apagado. También quiero pedir disculpas a todos los seguidores y lectores de Formula Paddock Blog por no haber cumplido con las tareas habituales la semana pasada. En ese momento todo lo deportivo me parecía absolutamente irrelevante, y hablar sobre títulos, batallas en pista, resultados o números me hubiera parecido frío e irrespetuoso. Espero sinceramente que lo comprendáis. Dicho esto, y en cierta manera con la mente aún dándole vueltas a lo sucedido durante el Gran Premio de Japón, iré entrando en materia en este nuevo artículo que me dispongo a escribir. Un nuevo artículo en el que quiero reflejar el desprecio que va aumentando progresivamente dentro de mi hacia este falso deporte que hace ya mucho que dejó de serlo, la Formula 1. Una empresa, un negocio, el patio de recreo de un octogenario inmoral y ambicioso sin ningún tipo de escrúpulo al que lo único que le interesa son los billetes que engrosan su maldito bolsillo, Bernie Ecclestone.
Se dice que la Formula 1 es la máxima categoría en la competición del automovilismo, la referencia en el mundo del motor, que está rodeada de glamour y de belleza. Cada fin de semana en los diferentes Grandes Premios vemos a la élite de la sociedad, celebridades paseándose por la parrilla, jefes de estado y figuras importantes haciendo sus actos de presencia ante el público. Tal vez sea la máxima expresión y la referencia en su modalidad, pero sobre todo en el último año yo lo único que veo es postureo, intereses económicos descarados que ni siquiera se molestan en disimular y un sinfín de estupideces, no puedo expresarlo de otra forma, que hacen que mi percepción de este negocio se haya visto realmente alterada hasta un punto totalmente inaceptable.
No quiero remover de manera excesiva el trágico suceso que vivimos hace poco más de una semana, durante el cual he de decir también que hemos sido testigos, una vez más, de esa especie de censura que imponen la FIA y la FOM cuando no quieren que su imagen se vea perjudicada por algo que ellos mismos han provocado. Creo que lo que le pasó al pobre Jules Bianchi fue no solo fruto de la tremenda mala suerte, sino también, entre otras muchas cosas que seguramente sabremos más adelante, de la irresponsabilidad de unos cuantos que no hacen bien su trabajo o que solamente miran por sus propios intereses. Creo que no soy el único que piensa que en la F1 hace mucho tiempo que se le da más prioridad al espectáculo que a la propia seguridad, dejando claro que hoy en día es increíblemente segura, si, pero aquel accidente nos volvió a recordar que al fin y al cabo son los pilotos los que se juegan la vida en la pista cada vez que suben a un monoplaza.
Mas allá de lo acontecido en Suzuka, y sin querer divagar aún más al respecto, hay muchas más circunstancias que demuestran el auténtico objetivo de este supuesto deporte, que no es si no aumentar los ingresos en la mayor medida posible. No importa cómo, la máxima por la que se rige el señor Ecclestone debe ser aquella que dice que el fin justifica los medios, y si el fin es hacer crecer el volumen de su cuenta bancaria, independientemente de cualquier otro efecto, los medios están más que justificados. Como primer ejemplo podría poner la celebración del Gran Premio de Europa a partir del 2016 nada más y nada menos que en Azerbaiyán, concretamente en la capital, la ciudad de Baku. Si, todo muy europeo. Esto es algo que me ha parecido absurdo, ilógico y porque no decirlo, estúpido desde el principio. Pero no pasa nada, porque seguramente el bueno de Bernie se habrá asegurado su porción del pastel. Recuerdo una imagen muy significativa, y un tanto cómica también he de decir, que viví en directo durante la retransmisión de unos entrenamientos libres de una jornada de viernes en Bahrain, si mi mente no me traiciona. Lamentablemente no sabría especificar el año o concretar aún más el suceso, pero el hecho en si se dio como voy a explicar ahora. Antonio Lobato y su equipo se encontraban narrando aquella sesión, mientras tanto las cámaras de la realización decidieron dejar de centrarse en lo que pasaba en la pista para mostrarnos una de las típicas imágenes del paddock en la que figura algún personaje famoso. En aquel caso era el propio Bernie Ecclestone. El susodicho salía de uno de los edificios que conforman el paddock con su pulcra camisa blanca, ajeno a las cámaras que le esperaban en el exterior. Comenzó a caminar y una de las cámaras le acompañaba. En el momento en que Ecclestone se cercioró de que su imagen estaba siendo emitida en directo a nivel mundial se le ocurrió la genial e hilarante idea de sacar un pequeño fajo de billetes de su bolsillo y removerlos entre sus manos, como si estuviera contando la cantidad que en ese momento llevaba encima, y no hablo de billetes de cinco euros. Lo que para el vendría siendo lo que el ciudadano de a pie denomina "calderilla". Yo me lo tomé con sentido del humor, pero demostraba la actitud de este personaje, y como ya he dicho, era una instantánea muy significativa de la percepción que al menos yo tengo de el y de su negocio. El negocio de la Formula 1.
No quisiera terminar este artículo sin comentar también algunas de las situaciones surrealistas que hemos vivido recientemente, durante el Gran Premio de Rusia celebrado hace poco más de 48 horas, el primero en la historia del gran circo. Está claro también cuales son los motivos que han llevado a Bernie Ecclestone a organizar un Gran Premio en Sochi, sobre todo teniendo en cuenta la situación que se está viviendo no muy lejos de allí en los últimos meses. Durante las últimas vueltas de la carrera del domingo la realización dejaba de mostrarnos en varias ocasiones lo que estaba sucediendo en pista, que hay que decir que era más bien aburrido, para mostrarnos imágenes que no venían a cuento del anciano propietario de la F1 con el mismísimo Vladimir Putin, paseando por el paddock hacia una grada privada acompañados de todo su séquito. Además de ofrecernos varias imágenes de estos dos personajes caminando por los alrededores del circuito, también nos deleitaban con momentos intermitentes de sus charlas ya en sus respectivos asientos VIP. Tal vez habían acordado que el señor Putin debía cumplir una serie de minutos en pantalla, no lo se, pero desde luego ver a estos dos individuos conversando amistosamente era cuanto menos curioso. También me pareció de lo más oportunista, descarado e irrespetuoso el hecho de que engañaran a todo el mundo con ese momento de silencio que se iba a guardar en honor a Jules Bianchi para de repente escuchar el himno de Rusia. ¿Que cojones era eso?. Perdón por la expresión, pero no se me ocurre otra manera de expresar mi asombro ante tal desfachatez. Tal vez estuviera también pactado que el himno de Rusia debía interpretarse ante un silencio absoluto y con todo el mundo firme, pero utilizar como excusa ese gran momento que se le estaba dedicando al piloto francés era totalmente inhumano, hablando en plata. Inmediatamente después de que terminara el himno los pilotos formaron un corro entre todos y guardaron silencio de nuevo, como una especie de reivindicación de lo que ellos realmente pretendían. La realización tampoco quería mostrarnos en exceso ese momento. En una palabra, despreciable.
Así es la Formula 1 de hoy en día, o al menos esta es la percepción que yo tengo de ella. La percepción de que dejó de ser un deporte hace mucho tiempo y hoy es tan solo una fuente de ingresos para unos pocos, motivo por el cual muchas veces se olvida lo realmente importante. Porque como ya he dicho al principio, el espectáculo, lamentablemente, debe continuar.
Eder Vega
Formula Paddock
14/10/2014
martes, 23 de septiembre de 2014
POR LA BOCA MUERE EL CAVALLINO
El Gran Premio de Singapore 2014 no dejó indiferente a nadie, como es habitual cada año en la que para los pilotos es la carrera más difícil del calendario, física y psicológicamente hablando. Los problemas de Nico Rosberg previos al inicio de la carrera y posterior abandono. La gran victoria de Lewis Hamilton, con la que conseguía colocarse líder del mundial tres puntos por encima de su compañero de equipo. El buen rendimiento, o al menos no tan malo como en carreras anteriores, mostrado por los dos monoplazas de la Scuderia Ferrari. El hecho de que Sebastian Vettel acabase la carrera por delante de su compañero Daniel Ricciardo, algo que no ha sucedido en muchas ocasiones este año. Son algunas de las anécdotas en las que podríamos recrearnos hoy en el blog, pero mi intención se enfoca en otras polémicas que han rodeado al gran circo los últimos días. Polémicas teñidas de color rojo, para variar.
Al parecer durante los días previos a la celebración del Gran Premio de Singapore se filtraron algunos rumores que llegaban nada más y nada menos que desde Italia. Entre otras cosas se comentaba la posibilidad de que el próximo año se produjera una especie de trueque entre Ferrari y Red Bull, en el que Sebastian Vettel llegaría a Ferrari para ocupar el asiento de Fernando Alonso y éste recalaría en Red Bull para llenar el hueco que el alemán dejaría libre. Más allá de la veracidad de éste rumor, que los propios pilotos implicados ya desmintieron en su momento, el problema no es el rumor en sí, o cualquier otro bulo similar de tantísimos que han circulado por el paddock, si no la cantidad de filtraciones y revuelos que sacuden al Cavallino Rampante cada semana. Todo ello unido al gran cambio interno que se está viviendo dentro de la Scuderia, la falta de buenos resultados y un gran cúmulo de circunstancias, situaciones y declaraciones que se elevan a los cuatro vientos hacen que no se preste atención a lo que realmente lo merece, y hacen que el futuro del equipo sea más bien incierto. La dimisión de Stefano Domenicalli hace ya varios meses, la reciente dimisión de Luca Di Montezemolo, muchos cambios, muchos nombres, demasiado alboroto. Lo que yo me pregunto es si tanto terremoto interno beneficiará o no a la Scuderia, que claramente ha perdido el Norte y no ofrece visos de poder encontrarlo a corto plazo. Algo que me gustaría destacar es el sorprendente hecho de que en numerosas ocasiones el objetivo de esas filtraciones que se hacen eco en el paddock es el propio Fernando Alonso, tachándole de culpable de los problemas de la escudería roja o sugiriendo el despido inmediato del piloto por no haber conseguido ningún título en estos cuatro años y provocando que la mítica Ferrari haga el ridículo año tras año. Yo personalmente creo que la situación es totalmente inversa, que es Fernando Alonso quién está consiguiendo que Ferrari no haga realmente el ridículo, poniendo el coche siempre un poco por encima de donde debería estar. Me parece que decir tal cosa es un claro síntoma de ceguera, pero cada cual puede tener su opinión y todas son respetables. También es destacable el hecho de que por el contrario no se hable de Kimi Räikkönen y sus pobres resultados conseguidos este año, o del pobre rendimiento de Ferrari en Monza sumado al abandono de Alonso, o de la ya mencionada dimisión de Montezemolo. En resumen, ¿Serán todo cortinas de humo lanzadas por la propia Scuderia para tapar aquello de lo que no quieren que se hable?. Que cada cual saque sus propias conclusiones.
El pasado Jueves Fernando Alonso se plantaba ante los medios de comunicación y lanzaba algunas palabras en respuesta a todos esos rumores que sobrevolaban la Formula 1. Daba la sensación de estar cansado, quemado de tener que plantar cara ante tanta palabrería, y de alguna manera amenazaba con hablar, con desvelar la realidad de lo que ha pasado dentro del equipo los últimos años. Aseguraba que no tenía nada que decir, y que en caso de hacerlo lo haría en las próximas semanas. Advertía de que a muchos podría no gustarle lo que tuviera que decir, pero también afirmaba que después de haber callado tanto finalmente llegaría la hora de desahogarse. Hace unas semanas, concretamente durante el Gran Premio de Italia, el asturiano ya aseguró que lo que quiere es ganar, preferiblemente con Ferrari, pero que en definitiva su objetivo es únicamente ganar. Si bien en su momento dije que estaba convencido de que Fernando Alonso seguiría vistiendo de rojo en 2015, ahora he de decir que ya no estoy tan seguro. Creo que el ovetense ha tragado y soportado mucho desde que llegó a la Scuderia, y está claro que todo ese revuelo que se ha organizado internamente con dimisiones, sustituciones, infinidad de rumores y movimientos extraños no ayudan a mejorar el ambiente. El hecho de que el mismo sea el objetivo de todos los puntos de mira de los francotiradores de los medios de comunicación es algo que seguramente no le hará ninguna gracia, ya que en numerosas ocasiones se le apunta de manera negativa, y tener que lidiar con monoplazas que nunca han estado a la altura de los de sus rivales es un aliciente más. Está claro que en este momento el mercado no está muy abierto y las opciones son escasas, pero a riesgo de poder equivocarme, nunca se sabe en el mundillo de la Formula 1. En resumen, creo sinceramente que toda esa densa niebla que se ha creado en torno a la Scuderia no hace si no dañarla aún más y provocar que el futuro cercano se vea más bien borroso, pero veremos como afecta todo ello al equipo y como se desarrollan las cosas de aquí en adelante.
No quiero extenderme mucho más y seguir dándole vueltas a lo mismo. Está claro que Ferrari está sufriendo este año en una de sus peores temporadas en la Formula 1, si no la peor de todas. Fernando Alonso demuestra cada fin de semana el talento y las manos que tiene, colocando el F14-T muy por encima de su posición real. Por el contrario Kimi Räikkönen está brillando este año por su ausencia alegando problemas de adaptación al monoplaza, aunque después de catorce carreras y siete meses de competición ya ha tenido tiempo más que de sobra para adaptarse. Hace unos meses veíamos como Stefano Domenicalli dimitía de su cargo, a mi parecer no de forma voluntaria. Lo mismo ocurría recientemente con Montezemolo. Nombres que van y vienen, promesas que nunca se cumplen, filtraciones interesadas y un sinfín de situaciones un tanto absurdas. Creo que hay cosas mucho más importantes en las que centrarse, y si la propia Scuderia Ferrari es, como ya he mencionado antes, el origen de toda esa rumorología que se extiende con la única intención de crear cortinas de humo, utilizaría un famoso dicho que todos conoceréis, aunque aplicándole ciertos cambios para adaptarlo a este caso concreto... Y es que por la boca muere el Cavallino.
Eder Vega
Formula Paddock
23/09/2014
martes, 9 de septiembre de 2014
UN TETRACAMPEÓN EN DUDA
Hoy, después de varias semanas, unos pocos meses, lo que me ha parecido algo así como una eternidad, esta noche, por fin, vuelvo a sentarme frente al teclado para escribir unas cuantas líneas en el blog de Formula Paddock, al que ya se le empezaba a acumular una ligera capa de polvo por encima. En este momento he cogido aire, he soplado fuerte y ese polvo se ha disipado fugazmente dejando lugar para el que será mi próximo artículo, en el que intentaré expresar de la mejor manera posible lo que es mi visión personal de cómo está el mundillo que rodea al gran circo en estos momentos. Concretamente lo que rodea al vigente tetracampeón del mundo alemán, el piloto de Red Bull cuyo dedo índice hace ya bastante tiempo que no vemos, Sebastian Vettel.
Otros proyectos que nada tienen que ver con Formula 1 me han mantenido ocupado estos últimos meses, motivo por el cual quiero pedir perdón a todos nuestros seguidores, ya que me he visto obligado a dejar en el aire las tareas de Formula Paddock en general. Aún así nunca hemos dejado de crecer y hemos seguido aumentando el número de seguidores en Twitter al igual que el número de lectores en este blog. Por todo ello quiero daros un millón de gracias a todos los que nos leéis, ya que nada de esto sería posible sin vosotros. Muchísimas gracias.
Dicho esto, y entrando definitivamente en materia, voy a escribir sobre un tema bastante espinoso últimamente, nunca con ánimo de criticar u ofender a nadie, obviamente, y siempre desde mi punto de vista personal, como ya he mencionado. Y es que en las redes sociales ha sido uno de los temas de los que más se ha hablado estos últimos días, la gran pregunta, ¿Es Vettel realmente el grandísimo piloto que parecía ser? ¿Está haciendo honor este año a esos cuatro títulos ganados consecutivamente desde 2010?. Ante todo he dejar claro que Sebastian Vettel me parece un gran piloto. Me remito al hecho de que sobre la faz de la tierra tan solo existen 22 hombres privilegiados cuyo trabajo es pilotar un monoplaza cada fin de semana en la mayor competición que existe. Si Vettel se encuentra en ese reducido grupo de élite está claro que es porque no le faltan manos. Pero a partir de ahí, más allá de que sea un gran piloto, ¿Es el alemán realmente el piloto que parecía ser en años anteriores? Para mi, sinceramente, no. Creo que con cada Gran Premio de esta temporada 2014 el mito de Vettel se ha ido diluyendo poco a poco, algo que el mismo ha conseguido debido a su pobre rendimiento mostrado a lo largo de este año. Nadie le va a quitar los números que ha conseguido, ni sus cuatro títulos, en absoluto. Es obvio que no todos pueden conseguir algo así y que el alemán ya es mucho más que un piloto consagrado, pero estoy seguro de que Sebastian no habría conseguido tales marcas de no haber conducido un coche tan superior como el que ha tenido la suerte de manejar los últimos cuatro años. En mi opinión, un campeón del mundo de Formula 1 debería demostrar su capacidad, su valía y sus manos aún no teniendo el mejor coche. No voy a hacer comparaciones, ya se sabe que son odiosas, y estoy seguro de que muchos ya estáis pensando en algún que otro nombre, pero esa no es mi intención, quiero dejar eso claro en este momento.
Desde el Gran Premio inaugural en Australia allá por el mes de Marzo ya se veía que el nuevo compañero del alemán, Daniel Ricciardo, podría plantarle cara al tetracampeón en su primera temporada en un equipo puntero, al menos eso era lo que a mi me parecía. Desde entonces hemos visto como el australiano ha conseguido seis podios, tres de los cuales son victorias y dos de ellas consecutivas (Canadá, Hungría y Bélgica), lo cual le hace sumar la cantidad de 166 puntos en el campeonato de pilotos. Mientras tanto Vettel aún no ha logrado ninguna victoria, tan solo ha conseguido subir al cajón en dos ocasiones (Malasia y Canadá), y solo ha conseguido 106 puntos hasta este momento. Daniel Ricciardo se ha mostrado como la alternativa a los pilotos de Mercedes, es el pescador que intenta sacar tajada en río revuelto. Vettel, por el contrario, no consigue encontrar el rumbo con su RB10. De un ganador de cuatro títulos mundiales consecutivos yo me esperaría, al menos, que estuviera haciendo lo mismo que su compañero de equipo, pero nada más lejos de la realidad. Me esperaría que aportase con sus manos aquello que le faltase al coche y que no estuviese siendo superado, de forma abrumadora en ocasiones, por alguien que se suponía que no tenía el mismo talento que el y que antes incluso de llegar al equipo ya se le atribuía el papel de segundón. Creo que Ricciardo ha demostrado realmente a que nivel está Sebastian Vettel, y con esto no estoy diciendo que ninguno de los dos este a un nivel bajo. Pero si que estoy convencido, personalmente, del hecho de que Daniel es mejor piloto que Sebastian. Ambos han demostrado hasta donde son capaces de llegar con el mismo monoplaza, independientemente de los problemas técnicos que ha tenido el piloto alemán, que han sido varios. Por ello, y al igual que se le conocía como el digno heredero de Michael Schumacher, en esta nueva temporada repleta de cambios yo le adjudicaría el cartel de heredero de Mark Webber.
Me da la sensación de que en Red Bull ya ha terminado un ciclo, una etapa repleta de victorias y en la que han gozado de una gran superioridad con respecto al resto de competidores. Pero todo lo que tiene un principio tiene un final, obviamente. Pueden volver a luchar por títulos, tienen los medios y la capacidad para ello, pero volver a hacerlo con la misma ventaja que en los últimos cuatro años será realmente difícil. Y ahora os hago mi pregunta, ¿Es este el final del ciclo de Sebastian Vettel? Sinceramente, y siendo consciente de que puedo equivocarme, creo que si. El mismo por sus propios méritos ha demostrado este año el nivel al que realmente está, y no me parece que sea el nivel de un piloto que hubiera podido conseguir cuatro títulos mundiales de F1 de manera consecutiva de no haber sido en las condiciones en las que lo hizo. Y esta es mi visión personal respecto a Sebastian Vettel, el vigente tetracampeón cuyo talento este año se ha puesto seriamente en duda, algo que nunca antes había pasado en el gran circo de la Formula 1.
Eder Vega
Formula Paddock
09/09/2014
martes, 10 de junio de 2014
LA EXCEPCIÓN A LA REGLA
Han pasado apenas 48 horas desde la celebración del Gran Premio de Canadá en Montreal sobre el mítico trazado del circuito Gilles-Villeneuve, pero estoy seguro de que el australiano Daniel Ricciardo aún sigue pellizcándose, intentando despertar del sueño que consiguió hacer realidad aquel intenso domingo. Su primera victoria en la Formula 1, la categoría reina, sin duda un momento único e irrepetible para cualquier piloto de los que conforman la parrilla.
Para ser sincero, y siempre a nivel personal, he de decir que la de Canadá fue para mi la mejor carrera del año hasta el momento, y de lejos. Seguramente podríamos colocarla al mismo nivel que la carrera celebrada hace unas semanas bajo el cielo nocturno de Bahrain. A mi al menos me dejó un sabor de boca muy similar, incluso mejor. Desde que se apagó el semáforo hasta que se ondeó la bandera de cuadros pudimos ver y vivir grandes momentos sobre el asfalto canadiense, algo de lo que ya nos habíamos olvidado en esta triste y monótona temporada 2014. La tensión entre las dos flechas plateadas ya desde la mismísima salida, sus posteriores y simultáneos problemas de rendimiento, el segundo abandono del año para Lewis Hamilton, los diferentes incidentes y accidentes en pista, las múltiples batallas sobre el asfalto, en resumen, una carrera entretenida e interesante desde el inicio hasta el final y en la que durante las últimas vueltas consiguió destacar, por encima incluso del propio equipo Mercedes, el último fichaje australiano del equipo Red Bull, Daniel Ricciardo. El joven de las antípodas logro arrebatarle al equipo alemán la victoria sobre asfalto norteamericano, algo que nadie había conseguido este año hasta el momento. Fue el merecido broche de oro a la gran temporada que está realizando y en la que está consiguiendo mojarle la oreja nada más y nada menos que a Sebastian Vettel, tetracampeón del mundo y vigente defensor de la codiciada corona que tantos pilotos ansían.
Nada más apagarse las luces del semáforo vimos el primer pique entre los dos pilotos de Mercedes. Nico Rosberg partía desde la pole position, pero Hamilton estuvo hábil en los primeros metros y consiguió emparejarse con su compañero en la primera curva. En ese momento Rosberg bloqueó los frenos y se salió de la trazada ideal, obligando a su compañero a levantar el pie y pisar la hierba para evitar un toque. Esa maniobra le costó al piloto inglés la segunda posición, que le fue arrebatada por un Sebastian Vettel que supo sacar gran provecho del incidente. Hamilton caía a la tercera plaza, y tan solo dos curvas después presenciamos el fuerte accidente que dio paso al primer safety car de la carrera. Max Chilton perdía el control de su coche en la tercera curva, golpeando a su compañero de equipo en la parte trasera y enviándole contra el muro de la curva cuatro. El golpe fue bastante fuerte, dejando una infinidad de fragmentos de fibra de carbono sobre el asfalto, además de un considerable charco de aceite que hubo que cubrir con sepiolita y obligando a los dos pilotos del equipo Marussia a retirarse cuando ni siquiera se había completado una vuelta de las 70 de las que constaba el Gran Premio. Un mal fin de semana para el equipo que conseguía sumar sus primeros puntos en la Formula 1 hace tan solo dos semanas en Mónaco. En cierto momento de la carrera sucedió algo cuando menos curioso, y fue que los dos pilotos del equipo Mercedes sufrieron un bajón de rendimiento repentino y simultáneo en los dos coches. Algo totalmente inusual y que no habíamos visto en lo que llevamos de temporada. Entonces empezó a caldearse el ambiente. En uno de los ataques de Hamilton en la recta de atrás, y la primera zona de activación del DRS, Rosberg decidió saltarse la última chicane del circuito. Pero no conforme con tomar el atajo también decidió no levantar el pie del acelerador, marcando así la vuelta rápida de la carrera. Todo ello le costó al alemán una investigación por no respetar los límites de la pista, aunque no hubo posterior sanción. Tras nuevos intentos e intercambios de posición entre las dos flechas plateadas fuimos testigos del segundo abandono de la temporada para Lewis Hamilton después de tener que retirarse también en el Gran Premio inaugural de Australia. El piloto inglés padecía problemas graves en sus frenos y finalmente no tuvo más opción que retirarse, dejando escapar una valiosa cantidad de puntos con respecto a su compañero en la lucha por el título. El único Mercedes que quedaba en pista había perdido toda la ventaja de la que disfrutaba respecto a su perseguidor más cercano, Sergio Pérez y su Force India, que se había reducido desde los 22 segundos hasta apenas un segundo y medio. Pero tampoco era el día del mexicano. Su DRS no funcionó en ningún momento y no pudo recortarle la distancia suficiente a Rosberg como para adelantarle, pero al menos conseguía mantenerse justo detrás de el. Atacando a Pérez venían también Ricciardo, Vettel y Massa. Este último venía rapidísimo con neumáticos nuevos y muchas ganas de acabar en el podio, e incluso luchar por la victoria. Aunque una vez más le faltó determinación al brasileño, pues parece que le tiembla el pulso a la hora de adelantar a sus rivales. Massa se resignó a quedarse detrás del Red Bull de Sebastian Vettel, en quinta posición. Nos esperaba un final de infarto para una carrera que no había sido nada aburrida hasta ese momento. Ricciardo conseguía ganarle la posición a Rosberg en la primera zona de DRS, el alemán ni siquiera defendió su posición. El ritmo del Mercedes tras los problemas previos de rendimiento no tenía comparación con el ritmo marcado en las primeras vueltas. Era la primera victoria que se le escapaba de las manos al equipo Mercedes, y a tan solo dos vueltas del final. Poco después Vettel conseguía ganarle la posición a Sergio Pérez para colocarse tercero en la frenada de la última chicane, en la vuelta 69. Massa intentó ganarle la posición unos metros más tarde, al llegar a la primera curva de la última vuelta, pero un exceso de optimismo, un error de cálculo o ambas cosas le hicieron chocar contra la parte trasera del Force India del mexicano, empujando a los dos monoplazas hacia las barreras de neumáticos a gran velocidad. El golpe fue realmente tremendo, pero afortunadamente no hubo daños personales. La carrera terminó con el safety car de nuevo en pista, nadie podía arrebatarle ya a Ricciardo la que iba a ser su primera victoria en la Formula 1. Merecídisima victoria. Si ya era difícil quitarle al australiano la sonrisa de la boca habitualmente, tras acabar en lo más alto del cajón iba a ser sencillamente imposible. Y así fue. Cruzó la bandera de cuadros en primera posición, por delante de Nico Rosberg y Sebastian Vettel. Llevándose la máxima cantidad de puntos en una gran carrera, divertida e interesante como no habíamos visto aún en esta temporada 2014. El circuito Gilles-Villeneuve nunca defrauda a nadie. El accidente entre Massa y Pérez fue investigado tras la carrera, costándole al mexicano una penalización de cinco posiciones en parrilla para la próxima carrera. Para mi una sanción totalmente injusta, ya que considero que el responsable del incidente es Felipe Massa, pero obviamente yo no soy comisario de carrera. Max Chilton también recibió una penalización por el incidente con su compañero, Jules Bianchi. Aunque en el caso del piloto de Marussia solo perderá tres posiciones en la parrilla de salida de lo que será la octava cita del calendario dentro de apenas dos semanas, el Gran Premio de Austria, territorio Red Bull.
Y así fue como vivimos el Gran Premio de Canadá 2014, como ya he dicho, la mejor carrera que he visto hasta el momento a nivel personal durante esta temporada, aunque también he de decir que el listón no estaba muy alto. Un joven piloto australiano que está sorprendiendo a muchos y que el pasado domingo se salió de lo establecido este año consiguiendo la victoria en el trazado de Montreal. Su primera victoria en la Formula 1, la primera excepción a la regla que nos ha impuesto hasta ahora el equipo Mercedes.
Eder Vega
Formula Paddock
10/06/2014
martes, 27 de mayo de 2014
17 BLACKJACK
Una vez más, como ya es costumbre en esta temporada 2014, la carrera del domingo pasado en Monte Carlo volvió a ser monótona y aburrida. Pero hoy el protagonista de este artículo no va a ser la falta de emoción e interés que suscita, al menos a un servidor, esta nueva Formula 1 de hoy en día. Aquel glamuroso domingo, que no lo es tanto, hubo otro hombre sobre el asfalto monegasco que hoy realmente merece que se le dediquen unas cuantas líneas en este blog. Un piloto con muchísimo talento, en un equipo económicamente más débil que todos sus rivales y con un coche infinitamente más dificil de controlar que cualquier otro de la parrilla. Un jóven piloto francés, perteneciente a la Ferrari Driver Academy, que al cruzar la bandera de cuadros consiguió también meterse dos valiosos y merecidos puntos en el bolsillo acabando en novena posición, incluso después de haber recibido dos sanciones durante el Gran Premio. El equipo, Marussia F1 Team. El piloto, Jules Bianchi.
No quiero repetirme y caer siempre en las mismas críticas y en los mismos argumentos respecto a esta F1 híbrida. A ello se debe, entre otros motivos que ya he mencionado unas líneas más arriba, que hoy el foco de atención del blog vaya a centrarse en Bianchi y su equipo, Marussia. Pero si hay un cierto número de detalles por parte de la realización del Gran Premio de Mónaco, la Formula One Management, que no me parecieron correctos en absoluto, aunque todo ello más tarde quedara eclipsado por la actuación del francés. El más destacable de todos ellos sería el exceso de tiempo que abarcaron los dos pilotos de Mercedes en pantalla, totalmente desmesurado teniendo en cuenta que constantemente rodaban en fila india y no había ningún tipo de acción en aquellas imágenes, mientras que en otros puntos del circuito si que estaban pasando cosas mucho más interesantes. Por otra parte mis quejas van dirigidas al equipo que se encarga de las retransmisiones en directo de la F1 en el canal de televisión Antena 3. La masacre y tortura a la que son sometidas las emisiones, y a la que nos están acostumbrando en las últimas carreras, es ya algo más que escandalosa. La cantidad de publicidad es excesiva y casi siempre en los momentos de mayor interés de la carrera, no nos permiten ver las ruedas de prensa tras la clasificación y la carrera y tampoco nos ofrecen las declaraciones que siempre hace Fernando Alonso con Nira Juanco en el "corralito" en caso de no acabar entre los tres mejores. Una cantidad de despropósitos que a mi parecer vienen precedidos por la comodidad y la arrogancia de creer que su equipo es mejor y que ofrecen lo mismo que su competidor, Movistar TV, solo que de manera gratuita. Pero han llegado a un punto en que lo que realmente están haciendo es descuidar totalmente su producto y a todos sus espectadores. Ellos sabrán. A partir de aquí, y dándome cuenta de que finalmente me he extendido más de lo que pretendía, cambiamos de tercio y nos centramos en el gran trabajo realizado por el galo Bianchi y su equipo. Trabajo que se vio recompensado con un botín de dos puntos al finalizar la carrera, y todo lo que ello acarrearía de acabar así el mundial. Dicho así puede parecer poca cosa, pero lo que consiguió el equipo Marussia en Mónaco fue algo realmente grande y que se escaparía absolutamente de sus posibilidades en cualquier otro circuito en condiciones normales. Esos dos puntos podrían ser una distancia ya insalvable para Caterham, su rival más directo en parrilla. En este momento, Marussia se encuentra colocada en el noveno puesto del mundial de constructores, por delante de Sauber y Caterham, y de acabar así la temporada el equipo recibiría una suculenta inyección de fondos por parte de la FOM, algo que sin duda les ayudaría a ser aún más fuertes el próximo año y les permitiría volver a estar por delante de sus enemigos más cercanos. Al finalizar la temporada pasada la escudería anglo-rusa acabó en décima posición, también por delante de Caterham y recibiendo cierta cantidad de dinero por parte de la organización al no ser el último equipo clasificado. En resumen, una muy buena situación para el equipo más modesto de esta Formula 1 tan descaradamente ostentosa.
Y todo ello gracias al magnifico pilotaje, aunque no exento de incidentes, de uno de sus pilotos sobre el asfalto de Monte Carlo, quien luce y lucirá siempre en su casco el dorsal número 17. Jules Bianchi comenzaba la carrera desde la decimonovena posición. Por delante de el, al comenzar la vuelta de formación, Pastor Maldonado se quedó parado con su Lotus y tuvo que ser empujado hasta el pit lane para comenzar la carrera desde allí, por detrás del Caterham de Marcus Ericsson. Ese fue el primer incidente que le costaría a Bianchi, entre otros, una investigación que se anunciaría durante la undécima vuelta al trazado de Mónaco. Al quedar libre la plaza de Maldonado en la parrilla, los pilotos de Marussia, Chilton y Bianchi, y Gutierrez, piloto de Sauber, posicionaron mal sus monoplazas al finalizar la vuelta de formación previa al inicio del Gran Premio. Finalmente durante la vuelta 19 se anunció la decisión de los comisarios al respecto, y consistía en un Stop/Go de cinco segundos para todos los pilotos implicados. La sanción se cumple cuando el piloto entra en el pit lane y detiene su coche en el box durante cinco segundos, durante los cuales no se permite hacer ningún cambio de neumáticos o ajuste en el monoplaza. Este año la nueva normativa permite no realizar dicha parada durante la carrera, en cuyo caso esos cinco segundos se añadirán al tiempo total marcado por el piloto, pudiendo perder posiciones después de haber cruzado la bandera de cuadros. En el caso de Bianchi decidieron cumplir la sanción durante la carrera. Pero eligieron el momento equivocado, ya que que lo hicieron durante el periodo de Safety Car debido al accidente del Sauber de Adrian Sutil en la chicane después del túnel. Fue un error un tanto incomprensible, ya que no está permitido cumplir este tipo de sanciones cuando el coche de seguridad está en pista. Todo ello le costó a Bianchi una nueva investigación que se anunciaría en la vuelta 59, y la decisión de los comisarios mantuvo a todo el equipo en vilo durante los siguientes giros. Previamente a dicha investigación el piloto francés sufrió otro incidente en pista, un encontronazo con el Caterham de Kamui Kobayashi. El japonés venía defendiéndose de Kimi Räikkönen y su F14-T durante varias vueltas, pero al llegar a la Rascasse finalizando la vuelta 36 no pudo mantener su posición, el piloto finlandés consiguió adelantarle. Por detrás venía Bianchi, que al ver un pequeño hueco abierto por delante de el decidió tirarse a la piscina. Le metió el coche a Kobayashi por el interior de la curva pero en un margen muy estrecho. Tal vez Bianchi fue demasiado agresivo, pero si no arriesgas, sencillamente no ganas. Hubo contacto entre los dos monoplazas y el francés logró ganarle la posición al piloto de Caterham. Este se quejó tras la carrera, declarando que tras el toque su coche era prácticamente inconducible y asegurando que el piloto galo merecía una sanción por el incidente. Yo personalmente no creo que mereciera ninguna penalización por esa acción en concreto. No fue hasta la vuelta 66, a tan solo 12 giros del final, cuando se anunció cual sería la sanción para Bianchi por cumplir su anterior Stop/Go durante el periodo de Safety Car. Los comisarios del Gran Premio de Mónaco decidieron imponerle a Bianchi otra penalización idéntica a la que le habían impuesto previamente, otro Stop/Go de cinco segundos, aunque en este caso el equipo decidió no cumplirlo durante la carrera y que se añadiera al tiempo total de su piloto al cruzar la bandera de cuadros. En ese momento Bianchi se encontraba rodando en décima posición por delante de Romain Grosjean con su Lotus, a una distancia suficiente como para no verse perjudicado por la sanción, pero Grosjean iba poco a poco recortándole tiempo, sería muy difícil conseguir ese último punto. En la vuelta 74, de las 78 de las que constaba el Gran Premio, hubo otro incidente por delante del piloto de Marussia del que este se beneficiaría en gran medida. Räikkönen intento ganarle la posición a Kevin Magnussen y a su McLaren en la mítica curva de Loews, pero no estuvo acertado el finlandés y acabaron enganchados los dos pilotos, bloqueando el paso por la curva más cerrada y lenta de todo el calendario. Fue entonces cuando Bianchi consiguió colocarse octavo. La distancia con Grosjean era ya prácticamente insalvable pero los puntos estaban casi asegurados, tan solo quedaban cuatro vueltas para el final. Y así fue, Jules Bianchi cruzó la bandera de cuadros sabiendo que caería a la novena posición, pero metiéndose en su bolsillo y regalándole al equipo anglo-ruso Marussia sus primeros puntos en la Formula 1. Un trofeo más que merecido como gratificación para el durísimo trabajo realizado por todo el equipo durante su breve historia en la categoria reina.
Más allá de Mercedes. De Hamilton. De Rosberg. De esta nueva Formula 1, aburrida como no lo había sido nunca. Más allá de cualquier otro suceso que aconteciera durante aquel fin de semana en Monte Carlo. Por encima de todo, y por que realmente se lo merecen, estan Jules Bianchi y su equipo, Marussia F1 Team, que han conseguido hacer historia en un "deporte", que para mi no lo es, tan complicado como la F1. Nada más y nada menos que en Mónaco, el circuito mítico y clásico por excelencia. Hoy este artículo va dedicado a todos ellos, porque el intenso trabajo finalmente siempre recibe su merecida recompensa.
Eder Vega
Formula Paddock
27/05/2014
lunes, 19 de mayo de 2014
DE CÓMO LA FORMULA 1 DEJÓ DE SER FORMULA 1
Pues si, queridos lectores, es así de simple, crudo y triste a la vez. Para un servidor no había ningún tipo de dudas tras el Gran Premio de Bahrain, que creó tanta confusión entre los aficionados debido a las pequeñas pero múltiples batallas que se vivieron sobre el asfalto de Sakhir. Algunos llegaron a decir que era la mejor carrera que habían visto en los últimos años, que la F1 recuperaba su rumbo y volvía a ser la que era hasta el año pasado. En cierto modo, y para ser honesto, esperaba equivocarme cuando escribí mi artículo "Espejismo en el desierto", pero creo que tras el Gran Premio de España el tiempo me ha dado un poquito la razón, la Formula 1 ha perdido definitivamente el norte. Digo "un poquito" porque en este mundillo nunca se puede hablar demasiado alto, por si las moscas.
Tal vez sea porque hace apenas dos semanas reviví mi gran experiencia en el Gran Premio de España de hace un año escribiendo el especial "2013: Tú a Londres y yo a Montmeló", un verdadero carrerón no solo por lo que sucedió en pista, si no por el todo el ambiente y emoción que rodeaba al evento. Pero lo de hace unos días en Barcelona no podía llamarse "carrera", aquello no era Formula 1. Para mi fue absolutamente aburrida desde que se apagó el semáforo hasta que se dio el banderazo final. En ningún momento me sentí atraído por nada de lo que se veía en mi televisión. La peor carrera, hasta el momento, de esta temporada. Era otra descarada muestra de lo que viene siendo este mundial 2014. Ausencia de adelantamientos, luchas, emoción, neumáticos más que conservadores, monotonía en las estrategias... un cúmulo de circunstancias que provocaban que mi atención e interés por la carrera se disipasen progresivamente. Lo único que me mantenía pendiente de los monitores era mi compromiso con Formula Paddock y todos nuestros seguidores, el hecho de no dejar de cumplir mis labores y olvidarme de todos ellos, esa era la única razón. De no haber sido así este servidor habría apagado la televisión a las pocas vueltas para hacer cualquier otra cosa, y digo "cualquiera" porque literalmente cualquier cosa hubiera despertado en mi más interés del que estaba despertando la carrera en Barcelona aquel domingo. Aunque las 66 vueltas que completaron el Gran Premio de España no son lo único que me ha parecido bochornoso últimamente, porque la polémica que se ha creado durante los test posteriores a la carrera debido a la famosa trompeta para aumentar el sonido han sido la gota que ha colmado el vaso. Es como si los peces gordos del gran circo se estuvieran riendo directamente en la cara de todos sus espectadores y aficionados, que son en parte quienes les dan de comer.
Ya lo dijo Antonio Lobato, y bien dicho además, a través de su cuenta oficial de Twitter: "Para eso que le pongan detrás dos altavoces y un amplificador de 2 Kilowatios. Creo que la afición quiere ruido, pero no artificial". Totalmente cierto. Muchos aficionados, entre los que me incluyo, han hecho públicas sus quejas respecto a esta nueva Formula 1. Pero yo también creo que la solución no está en subirle el volumen a los monoplazas, eso puedo hacerlo yo desde mi cama con el cómodo mando a distancia, qué gran invento. Obviamente no voy a ser yo quien ofrezca el remedio para el problema del sonido, pero está claro que lo que ellos nos ofrecen no es lo que nosotros buscamos. Toda esta cantidad de absurdos me lleva a pensar que el gran circo finalmente ha perdido su brújula y se ha desviado de su camino, y no se si volverá a retomarlo algún día. Hubo otro detalle que también comentó Antonio Lobato y que me llamó la atención, aunque de forma negativa. Fue durante la retransmisión de la tercera y última sesión de entrenamientos libres en Barcelona. El periodista dio el dato de que la pole position conseguida aquel fin de semana por Stéphane Richelmi (1:29.293), piloto del equipo DAMS en la categoría GP2, hubiera clasificado en decimoséptima posición en la segunda sesión de entrenamientos libres de la F1, por delante de Grosjean (1:29.493), Bianchi (1:29.991), Chilton (1:31.148), Kobayashi (1:31.338) y Ericsson (1:31.586). Y tan solo una décima por detrás del Force India de Sergio Pérez (1:29.129), en decimosexta posición. Detalle cuando menos curioso y, como bien dijo Antonio Lobato también en su momento, doloroso. En fin, esta es la nueva categoría reina que quieren vendernos.
Llegados a este punto si que me atrevería a proponer algo descabellado, como han hecho ellos con la famosa trompeta, ¿Por qué no?. Podrían cambiarle el nombre directamente a la Formula 1 y llamarla, por decir algo, GP1. Entonces no habría problema, una nueva categoría, nuevos motores, nueva normativa y con un nuevo nombre, porque realmente de Formula 1 a lo que hemos visto hasta ahora le queda muy poco. Mi interés por ver la siguiente carrera es prácticamente nulo como aficionado, podría perdérmela tranquilamente y sabría que no me estaría perdiendo nada interesante. De hecho, me atrevería a predecir el ganador sabiendo que solo hay dos candidatos a la victoria. Y así, queridos lectores, es cómo la Formula 1 dejó de ser Formula 1. Así de simple, crudo y triste a la vez.
Eder Vega
Formula Paddock
19/05/2014
sábado, 10 de mayo de 2014
SORTEO "F1 RACE STARS" PARA PS3 (CERRADO)
Esta era la última y gran sorpresa que os teníamos guardada en Formula Paddock para celebrar el Gran Premio de España 2014, aunque algunos problemas logísticos nos han impedido desvelarla antes. Sorteamos el juego "F1 Race Stars" para PlayStation 3 en versión PAL, es decir, apta para Asia, Africa, Europa y Australia. Todos los textos y el audio están en inglés. Hasta 4 jugadores pueden disfrutar simultáneamente en diferentes modalidades de juego, incluído el modo online, y en formato HD 720p.No es un juego de segunda mano, es totalmente nuevo, en perfecto estado y a estrenar. Para participar en el sorteo solo tenéis que hacer retweet y seguirnos en Twitter. A continuación os mostramos una imagen del tweet que tenéis que retuitear para participar. Si simplemente lo marcáis como favorito o lo citáis no entrareis en el sorteo. El tweet se encuentra fijado en nuestro perfil de Twitter para que esté a la vista de todos.
El plazo para participar termina el próximo Domingo 11 de Mayo a las 12:30H, momento en el que dará comienzo el programa previo a la carrera en Antena 3, y el ganador será anunciado a través de Twitter durante la vuelta de formación, instantes antes de que se apague el semáforo en Montmeló y arranque definitivamente el Gran Premio de España 2014. Todos los que hagan retweet después de las 12:30H del Domingo se quedarán fuera del sorteo. El ganador será elegido al azar entre todas las personas que hayan hecho retweet y nos hayan seguido, si no nos seguían previamente, antes del plazo establecido. Recordad que simplemente marcar el tweet como favorito o citarlo no sirve para participar. Muchas gracias y muchísima suerte a tod@s!!!
GANADOR: @IkerRamirez13
Eder Vega
Formula Paddock
10/05/2014
martes, 6 de mayo de 2014
2013: TÚ A LONDRES Y YO A MONTMELÓ (2ª Parte)
Hoy continuaré desde donde lo dejé hace exactamente siete días. Esta es la segunda y última parte de nuestro viaje a Montmeló para presenciar el Gran Premio de España del año 2013. Los últimos días, los dos días grandes. Sábado, última sesión de entrenamientos libres y clasificación, la batalla por la pole position. Domingo, sobran las palabras. Lás ultimas experiencias de aquel increíble fin de semana que vivimos mi padre y yo en Barcelona. Espero que os guste. Allá va.
Sábado 11 de Mayo, 2013. La tercera y última sesión de entrenamientos libres comenzaba a las 11 de la mañana. Nuestros despertadores sonaron a las nueve, pero el cansancio que ya se iba acumulando a lo largo del fin de semana nos pasó factura. Las sábanas se nos quedaron pegadas. Nos levantamos, vestimos y desayunamos, sin prisa pero sin pausa, y nos fuimos directos al circuito. Aunque ya llegábamos tarde, unos veinte minutos aproximadamente. Durante el trayecto en coche yo veía los Libres 3 desde una aplicación de mi móvil, la cual me había descargado pocos días antes exclusivamente para escuchar las retransmisiones de Antonio Lobato y su equipo mientras seguía la acción desde mi asiento en la tribuna B. Justo en el momento en que mi teléfono sintonizaba Antena 3 Fernando Alonso pasaba por delante de nuestros asientos en el circuito saludando al público, su público. No era nada importante, pero me hubiera gustado estar en esa grada mientras el piloto asturiano saludaba a toda la afición. Lástima que nos quedáramos dormidos. Finalmente llegamos al circuito, aparcamos el coche y nos dirigimos rápidamente a los asientos numerados que nos asignaban nuestras entradas. Aún quedaban 35 minutos de sesión, había una gran cantidad de gente en el circuito y el sol pegaba con fuerza. El ambiente iba creciendo conforme los días pasaban y las gradas iban adquiriendo un color rojo cada vez más intenso. Yo no podía dejar de grabar con mi cámara de vídeo en ningún momento. Enseguida se me olvidó el hecho de haberme perdido unos minutos de sesión y disfruté al máximo del tiempo restante. Mi padre se movía de un lado a otro en busca del mejor ángulo mientras capturaba a los monoplazas con su cámara de fotos. Se veía venir un amplio reportaje audiovisual para compartir con la familia y los amigos a nuestro regreso. A las doce finalizó la sesión y decidimos abandonar nuestros asientos para seguir visitando las instalaciones del circuito, aún nos quedaba mucho por ver. Durante nuestro paseo hicimos una parada en una de las muchísimas tiendas de merchandising oficial que se encuentran por todo el recinto. La idea era comprar unos cuantos regalos para nuestros familiares, un bonito recuerdo de nuestro paso por Montmeló. Tras adquirir los presentes optamos por volver a la tribuna B para presenciar el siguiente evento, la clasificación de la Porsche Mobil 1 Supercup. Era algo que nunca habíamos visto, y uno no está en Montmeló con motivo del Gran Premio de España todos los días, así que nos fuimos para allá. Fue diferente e interesante. No tenía nada que ver con Formula 1, obviamente, pero nos divertimos mucho durante la media hora que duró el evento. Tras la clasificación de los Porsche disponíamos de poco más de una hora libre hasta que diese comienzo, por fin, la clasificación de la Formula 1, el fuego real, la primera lucha por la pole que íbamos a presenciar en persona. Nos fuimos a comer a uno de los restaurantes que teníamos más cerca. Servían hamburguesas, perritos calientes, patatas fritas, en fin, el clásico menú de comida rápida. Nos sentamos en un tranquilo merendero ubicado cerca de nuestra grada y nos dispusimos a disfrutar de nuestros perritos calientes, eso si, a precio de oro. Cuando quisimos darnos cuenta ya era hora de volver a nuestros asientos, faltaban pocos minutos para el comienzo de la Q1. Y el semáforo por fin se puso en verde para señalizar el inicio de la clasificación. La actividad en pista no varió demasiado en los primeros minutos debido a que muchos equipos decidieron demorar sus salidas a pista con el objetivo de ahorrar neumáticos de cara a la carrera. A los cinco minutos los coches empezaron a salir de sus garajes, todo volvía a la normalidad. He de decir que era bastante más difícil seguir la clasificación desde las gradas que desde la televisión de mi habitación. A pesar de tener una pantalla gigante relativamente cerca y estar escuchando los comentarios de Antonio Lobato y Jacobo Vega en mi teléfono móvil, aunque dichos comentarios me llegaban con unos 40 segundos de retraso. Los pilotos apretaban y exprimían sus monoplazas mucho más que en las sesiones de entrenamientos, se podía ver a kilómetros de distancia. Se notaba en el paso por curva, en la manera de cambiar de marchas, en las trazadas. Era latente que ya había algo importante en juego, las posiciones de salida para la carrera del día siguiente. Cada vez que el Ferrari F138 de Fernando Alonso pasaba por delante de nuestra tribuna, o de cualquiera de las tribunas del circuito, el público se levantaba eufórico y el ruido aumentaba considerablemente, y no solo por los decibelios del motor Ferrari 056. El ambiente era increíble, se podía respirar y sentir todo el apoyo que las gradas transmitían hacía el piloto asturiano. Al finalizar la clasificación muchos preguntaban al de al lado "¿Quién ha hecho la pole?", otros preguntaban "¿Cómo ha quedado Alonso?". Unos cuarenta segundos después escuché desde los auriculares de mi móvil a Antonio Lobato narrando la pole position de Nico Rosberg, piloto de Mercedes, y el quinto puesto de Fernando Alonso. Nos quedamos con un sabor de boca un tanto amargo, pero nada empañaba las ganas que teníamos de vivir la carrera al día siguiente. Un quinto puesto no estaba mal del todo, y el ritmo que Ferrari había mantenido todo el fin de semana era prometedor. Había sido otro día de provecho. Volvimos al hostal y repusimos todas las fuerzas posibles para el ansiado Domingo, la esperadísima carrera. No teníamos ni idea del grandísimo día que nos esperaba.
Domingo 12 de Mayo, 2013. Por fin había llegado el día que tanto habíamos estado esperando. Todo lo anterior en aquel momento me parecía tan solo un pequeño preámbulo de lo que se avecinaba en el horizonte. Mi indumentaria del equipo Ferrari esperaba colgada en las perchas de nuestra habitación. En sus bolsillos estaban nuestras entradas. Lo teníamos todo preparado, ya que inmediatamente después de la carrera partiríamos de vuelta hacia Bilbao con la idea de evitar largas caravanas que ralentizasen nuestro viaje de vuelta. Para nosotros el día empezó a las diez de la mañana. Al ser festivo el bar del hostal en el que desayunábamos todas las mañanas estaba cerrado, así que decidimos parar en otro bar que había de camino al circuito para desayunar y coger fuerzas, las íbamos a necesitar. A las 11:45 estaba programada la carrera a catorce vueltas, alrededor de media hora, de la Porsche Mobil 1 Supercup, y al haber presenciado la clasificación de la misma el día anterior nos picaba la curiosidad. Fue la manera perfecta de abrir boca. Vimos salidas de pista, múltiples batallas entre diferentes pilotos, en resumen, muchísima acción en pista. Todas las categorías de las que fuimos espectadores durante todo el fin de semana más allá de la Formula 1 nos habían dejado muy buen sabor de boca. Apenas quince minutos después de la carrera de los Porsche tuvo lugar el famoso "driver's parade", el desfile de los pilotos por la pista saludando a todos los aficionados. El objetivo de mi videocámara era testigo de todo lo que pasaba frente a nuestros asientos. Poco antes de llegar a nuestra zona Fernando Alonso detuvo su vehículo para acercarse a la Pelousse y saludar de cerca a todos los aficionados que estaban alli ubicados. Fue un gran momento incluso viéndolo desde la pantalla gigante. Nira Juanco también pasó saludando desde otro coche detrás de todos los pilotos. El número de espectadores que presenciaban la carrera desde el circuito ascendía a la cifra de 94.800, era increíble. Era una inmensa marea roja, y el ambiente era inmejorable. Tras el desfile de pilotos decidimos abandonar nuestros asientos para trasladarnos a las inmediaciones de la tribuna B y comernos unos bocadillos, el último tentempié antes de la carrera, nuestra última comida en Montmeló. La cantidad de banderas de Ferrari iba creciendo, las camisetas rojas, las gorras... el Circuit de Catalunya se tiñó literalmente de rojo. Se acercaban las dos de la tarde, era hora de tomar asiento por última vez y, sencillamente, disfrutar de lo que nos deparase el asfalto catalán. Mi cámara seguía grabando sin perderse detalle, iba a dar comienzo la vuelta de formación y ya notaba mi corazón latiendo en mi garganta, los nervios y la emoción me embargaban. Se oía perfectamente el ruido de los motores en la recta principal desde donde nos encontrábamos nosotros. Podía visualizar a los pilotos haciendo los clásicos "burnouts" sin mirar la pantalla gigante, solamente por el sonido que abarcaba todo Montmeló. Los coches se apelotonaban delante de nosotros en la curva 12 mientras calentaban sus neumáticos y completaban todos los preparativos previos al gran momento. Ya estaban todos los pilotos colocados en sus posiciones de parrilla, era cuestión de segundos. Las luces del semáforo se encendieron, y progresivamente se fueron apagando una a una. 5,4,3,2,1... ¡y por fin arrancó el Gran Premio de España 2013! Los primeros metros del asturiano fueron muy buenos aunque parecía haberse quedado estancado en la recta, pero al menos mantuvo la posición. Al pasar la curva 2 le cogió el exterior a Kimi Räikkönen, emparejándose con el y adelantándole finalmente, y después a Lewis Hamilton, consiguiendo ganarle también la posición al piloto inglés a la salida de la curva 3. Recuerdo perfectamente mis palabras en aquel momento como si hubiera pasado ayer mismo, "Cuidao ahí! cuidao! va! va! va!". Si, muy profundo. No cabía dentro de mi. La salida y las primeras curvas habían sido tremendas, aún escribiendo estas líneas y recordando el momento se me pone el vello de punta. Alonso se había colocado tercero, la carrera había empezado bien. Justo delante de nosotros Romain Grosjean empezó a tener problemas con su rueda trasera derecha, que finalmente le obligaron a retirarse. Todas las vueltas en las que Alonso rodaba pegado al alerón trasero de Nico Rosberg las vivía como nunca había vivido una carrera por televisión. Sencillamente no había color. Cuando llegaron las primeras paradas en boxes y Alonso consiguió ganarle la posición al alemán Sebastian Vettel la afición de todo Montmeló se levantó y rugió a la vez. Y cuando consiguió adelantar a Rosberg para liderar la carrera tras 13 vueltas el ruido ya era insuperable, eclipsaba incluso el sonido de los motores V8 de los monoplazas. Y aún quedaban 53 vueltas por delante. De repente vimos como la rueda trasera derecha del Caterham de Giedo Van der Garde se desprendía del coche y salia rebotando por la escapatoria de la curva 10, camino de la grava. Los comisarios salieron corriendo de su puesto de control para recogerla. Todo ello quedó reflejado en mi cámara de vídeo. La experiencia de vivir la carrera en persona no tenía comparación posible con ninguna otra cosa. Numerosas batallas tuvieron lugar frente a nosotros, la verdad es que la ubicación que nos ofrecían nuestras entradas me dejó más que satisfecho. Las vueltas se iban completando y nos acercábamos al final, Fernando Alonso estaba cada vez más cerca de llevarse la victoria en el Gran Premio de casa, y nosotros íbamos a presenciarlo en nuestra primera vez. Demasiado bonito para ser cierto. El público se levanto y todos vivimos las últimas vueltas de pie, la ocasión lo merecía. Alonso pasó por delante de nuestra grada, ya estaba hecho. Vuelta 66, bandera de cuadros, ¡victoria para Fernando Alonso en el Gran Premio de España! Mi sensación era indescriptible. No me podía creer que hubiera visto ganar a Fernando Alonso, conduciendo un Ferrari y en el mismísimo Gran Premio de España, todo ello en la primera vez que yo iba a un circuito de Formula 1 como espectador y gran aficionado. Increíble. Fernando Alonso pasó por la curva 12 y por delante de nuestros asientos por última vez luciendo una bandera española que le había pasado un comisario de carrera. Menudo momentazo, no tenía palabras. Quería que aquello no acabase nunca. En ese momento tocaba abandonar definitivamente el circuito de Montmeló para poner rumbo de nuevo a casa. El camino hacía el coche también fue entretenido, con cánticos de victoria, banderas de Ferrari, Asturias y España ondeando por todas partes. La marea roja abandonaba el Circuit de Catalunya en avalancha. Aquel día sabía que iba a dormir mejor, había conseguido vivir una de las experiencias que más me habría gustado y que aún así jamás habría imaginado que viviría. El broche de oro a un fin de semana que había sido inolvidable. Justo antes de ponernos en marcha nos hicimos la última foto en Montmeló, en el aparcamiento. La última instantánea de un fin de semana que no olvidaremos nunca, una experiencia que he compartido aquí con todos vosotros, que espero de todo corazón haberlo hecho correctamente y, sobre todo, que os haya gustado.
Quiero aprovechar la ocasión para dar las gracias a todos los que me seguís y me leéis todas las semanas, no os podéis hacer una idea de cuanto significa para mi. Porque Formula Paddock no sería nada sin sus seguidores, que ya son unos cuantos. Aquí tenéis también, como broche final a este artículo especial de dos partes con motivo del Gran Premio de España de este fin de semana, el vídeo editado por mi mismo resumiendo aquel fin de semana del año 2013 tan emocionante, que compartí con mi padre y que nunca podré olvidar. Un saludo para todos y muchísimas gracias.
Eder Vega
Formula Paddock
06/05/2014
martes, 29 de abril de 2014
2013: TÚ A LONDRES Y YO A MONTMELÓ (1ª Parte)
Esta semana voy a salirme de la línea que he ido siguiendo durante estas últimas semanas. La idea que tengo para lo que escribiré a continuación no incluye críticas hacía ningún equipo o personaje en concreto dentro del peculiar Paddock de la Formula 1. No voy a hacer un análisis sobre lo que ha acontecido en la última carrera. No voy a dar mi opinión sobre lo que fue o lo que podría haber sido. No. Hoy voy a retroceder un año en el tiempo, 356 días para ser exactos. Hoy voy a abrir el baúl de los recuerdos para compartir la que para mí fue una experiencia totalmente inolvidable, la primera vez que pisé un circuito de Formula 1 para vivir un Gran Premio en directo, desde la grada, con el ruido de los motores V8 haciéndome vibrar por dentro. Algo que todo aficionado a la máxima categoría debería sentir al menos una vez en su vida. Fue el Gran Premio de España de 2013, en Montmeló. Con motivo de la llegada de la F1 a Europa dentro de 10 días para que vuelvan a rodar los monoplazas sobre el asfalto del Circuit de Catalunya, en Formula Paddock vamos a vestirnos de gala para celebrar el Gran Premio de casa. Desde la visita oficial al Pit Lane del Jueves hasta la bandera de cuadros de la carrera del Domingo. Mi propia historia, la historia de un gran aficionado, como suele decirse, en su salsa. Dividida en dos partes, en las cuales contaré mi experiencia durante los cuatro días en los que la Formula 1 se dió cita en Barcelona. Espero que os guste.
El Miércoles 8 de Mayo del 2013 comenzó la travesía. Mi padre y yo hicimos las maletas el día anterior y salimos desde Bilbao ya entrada la tarde. Mi maleta era monocromática, todas las prendas que había elegido deliberadamente para el evento lucían el color rojo. Auriculares protectores, camisetas, polos, sudaderas, chaquetas, gorras, banderas y un largo etcétera. No podían faltar las cámaras de fotos y vídeo y un sinfín de complementos y accesorios para decorar el que prometía ser un fin de semana cuando menos emocionante. Cogimos el coche y nos pusimos rumbo a Sant Celoni, una pequeña ciudad situada a unos 30 kilómetros del circuito de Montmeló y donde se encontraba el modesto hostal en el que nos ibamos a alojar durante nuestra estancia en Barcelona. El viaje se hizo largo. Me sentía como un niño que quiere acostarse lo antes posible en la noche de Reyes deseando que las horas pasen rápido para abrir los regalos. Llegamos pasada la medianoche, era hora de dormir y recargar fuerzas para el día siguiente. Empezaba lo bueno.
Jueves 9 de Mayo, 2013. Nuestras entradas nos daban acceso al circuito todos los días desde el Jueves al Domingo. Para el Jueves había programada una visita al Pit Lane para los aficionados por la mañana y un acto de firma de autógrafos de los pilotos por la tarde. Los despertadores sonaron temprano, desayunamos en el bar del hostal y cogimos el coche para dirigirnos al Circuit por primera vez. Yo no cabía dentro de mí. La visita al Pit Lane comenzaba a las diez de la mañana, y unos minutos antes ya estábamos haciendo cola para entrar a la instalaciones que rodean al circuito. Entramos, y mi primera impresión fue que desde la televisión de mi casa todo se veía muy pequeño. La anchura del asfalto, la amplitud de las escapatorias de grava, los pianos, las gradas, todo era increíble viviéndolo en primera persona. El primer coche al que vimos rodar, trazando la última curva del circuito y encarando la recta de meta a toda velocidad, fue el Safety Car. El sonido de aquel Mercedes-Benz SLS AMG GT con motor V8 de 591 caballos ya nos dejo atónitos, y sabíamos que aquello no era nada en comparación a lo que aún nos esperaba al día siguiente. Comenzó la visita, teníamos hasta las doce para movernos a través del Pit Lane, desde la incorporación al circuito por donde los coches salen a pista durante cualquier sesión hasta la entrada a ese mágico mundo que no está al alcance de todos, el Paddock. Ese era el límite que nos marcaban nuestras entradas. Nada más comenzar la visita nos encontramos con Antonio Lobato y Jacobo Vega, entre otros, que se encontraban en la recta de meta grabando un pequeño reportaje para su previo del Domingo. Yo aproveché la ocasión y le pedí a Jacobo Vega que se hiciera una foto conmigo. Detrás de mí otra gran cantidad de aficionados le pidió exactamente lo mismo. Lobato no estaba a nuestro alcance. Cuando estábamos caminando ya frente a los garajes me sorprendió el sonido de las pistolas con las que aprietan las tuercas de los neumáticos, o la cantidad de decibelios que desprendían los coches cuando los mecánicos revolucionaban los motores. Ese ruido me ensordecía y me sacaba una sonrisa a la vez. Tener los coches a unos pocos metros de distancia, ver los alerones, el movimiento y la actividad de la calle de boxes con una enorme cantidad de mecánicos trabajando en todos los equipos. Me encantaba. En una de nuestras idas y venidas vimos también a Nira Juanco entrevistando a Lewis Hamilton frente a su garaje. Otro fragmento del programa previo que precede la emisión de la carrera. El público se amontonaba ante las barreras. Aprovechamos las dos horas al máximo, no hubo ni un metro de Pit Lane al que tuviéramos acceso que nos dejáramos sin visitar. Finalizó el evento matinal y salimos a dar una vuelta alrededor del circuito, había mucho por ver y teníamos hasta las cuatro de la tarde para movernos libremente por las instalaciones que circunvalan el circuito. Tiendas, bares, restaurantes de comida rápida y zonas verdes en las que podías sentarte a la sombra a comerte un bocadillo o lo que fuera que tuvieras en la mochila, entre otras muchas cosas. Aproximadamente a las tres, después de haber comido tranquilamente en el aparcamiento que nos correspondía, nos pusimos en la entrada que daba acceso de nuevo al Pit Lane. Nuestra idea era ir con una hora de antelación a la visita vespertina que incluía la firma de autógrafos de los pilotos para intentar conseguir un buen lugar en las vallas que delimitan el recorrido para los visitantes. Se notaba a leguas que éramos nuevos. Cuando llegamos la longitud de la cola ya era más que considerable, y la cantidad de gente que cada vez se iba sumando abrumadora. Cuando abrieron las puertas la avalancha también se abrió paso, había muchísimo más público del que había asistido por la mañana. Este fue para mi el peor momento del fin de semana. Bastante bochornoso e incluso me atrevería a decir que lamentable. La masa de gente impedía ni siquiera moverse un centímetro, era agobiante. Había un reducido número de personas a los que no les importaba perder la dignidad, la vergüenza o los escrúpulos por conseguir una vista mejor, por ínfima que fuera. La calle de boxes era como una finísima arteria totalmente colapsada y, para colmo, cerrada por sus dos extremos. Estaba terminantemente prohibido saltar las vallas y acceder a la recta principal del circuito, pero era cuestión de tiempo que la arteria se rompiese. Los escasos miembros de seguridad que vigilaban dichas barreras no podían contener a la marabunta. Los aficionados empezamos a invadir la parrilla de salida, la zona en la que los pilotos detienen sus monoplazas frente al semáforo justo antes de que arranque el Gran Premio, y todos pensamos lo mismo. Se hacían improvisadas colas para inmortalizar el momento sobre la Pole Position. Se reunían numerosos grupos de personas bajo el semáforo de meta, cada uno mirando hacía una cámara diferente. Obviamente es otro lugar al que al aficionado le gusta pisar, y aunque estaba curiosamente prohibido estar allí la mala organización del evento nos permitió hacerlo. El susodicho finalizó a las siete y entonces decidimos volver al hostal. Había que descansar para estar de nuevo al cien por cien al día siguiente. Por fin íbamos a ver a los monoplazas rodando sobre el asfalto de Montmeló.
Viernes 10 de Mayo, 2013. La lluvia nos acompañaba al despertar. El clima no era tan agradable como el día anterior, pero nada podía empañar el primer día de entrenamientos libres que comenzaban a las diez de la mañana y que íbamos a presenciar en persona. Casualmente el día anterior me había dado el capricho de gastarme 160 euros en un chubasquero del merchandising oficial de la Scuderia Ferrari, réplica de la ropa del equipo de aquel año. Un día es un día. Desayunamos y nos fuimos directos al circuito. El Viernes se le permite al público ubicarse donde le apetezca, ya que no está obligado a sentarse en los asientos marcados en su entrada. Las nuestras nos situaban en la tribuna B, frente a la curva 12 y con una amplía visión de las últimas curvas del trazado catalán, pero decidimos tomar asiento en la tribuna principal. Queríamos ver la actividad en los garajes y a los coches pasando, aunque fuera durante un suspiro, por delante de nosotros a muy pocos metros. Llegando a la tribuna principal observé una enorme pantalla al otro lado de la pista y vi que Hamilton se acercaba a donde estábamos nosotros, le dije a mi padre que detuviera el paso y nos quedamos esperando que el coche llegara. Lewis pasaba por la última chicane, mi cámara de vídeo estaba preparada, y por fin vimos al inglés en su bala plateada trazando la última curva. En ese momento no teníamos ningún tipo de protección para los oídos, y el piloto ni siquiera rodaba a gran velocidad, pero el sonido estremecedor que se hacía más intenso conforme el coche se acercaba hizo que se me erizaran hasta los pelos de la nariz. Fue increíble. La primera vez que escuché un Formula 1 a oído descubierto superó mis expectativas. Era como un niño con barra libre en un Toys'R'Us. Nos colocamos justo enfrente de los garajes de Red Bull y Ferrari. Podíamos ver todo el trabajo y el movimiento que había en los boxes. A lo lejos veíamos a Nira Juanco y Marc Gené, haciendo sus habituales intervenciones durante la emisión de los entrenamientos libres por televisión. No había tiempo para aburrirse, ni mucho menos. La primera sesión de pruebas finalizó con Fernando Alonso al frente de la tabla de tiempos en una mañana fría y lluviosa, por delante de su ex-compañero en la Scuderia, Felipe Massa. Mi padre y yo bromeábamos con que aquello seguramente sería premonitorio de lo que veríamos el Domingo. El fin de semana había empezado bien. Aquel día nos dedicamos a observar las diferentes sesiones tanto de Formula 1 como de GP2 desde múltiples gradas y asientos, aprovechando la libertad que nos daba la organización del evento. Durante los entrenamientos libres de la GP2 nos ubicamos en la tribuna F, justo en la frenada y entrada de la curva 1, y entonces hubo otro detalle que me impresionó, el chillido de las ruedas cuando los pilotos bloqueaban los frenos al entrar en la curva. Por televisión no parecía haber ningún sonido durante los bloqueos de frenos, el ruido del motor eclipsa el resto de sonidos, pero en el circuito y prácticamente a pie de pista se apreciaba perfectamente. Era un chillido agudo, estridente, realmente impactaba. Ahora con los actuales motores V6 nos hemos acostumbrado a escuchar dichos bloqueos. Otro sonido que me sorprendió porque en televisión no llegaba a apreciarse era el ruido que generaban los coches al pasar por encima de los pianos. Se escuchaba a muchísima distancia, un sonido grave y entrecortado. Pequeños detalles que íbamos descubriendo y hacían de nuestro viaje una experiencia sencillamente sublime. Para la segunda sesión de entrenamientos libres decidimos ubicarnos en la Pelousse que se encuentra justo antes de la curva 10. Daba igual desde donde la mirásemos, La F1 nos atrapaba tanto sentados en la hierba como desde cualquiera de los asientos en las diferentes gradas. A las tres y media de la tarde finalizaron los Libres 2 y decidimos volver a nuestro hostal. Al igual que el día anterior íbamos a necesitar descansar y recuperar energías, y así lo hicimos. Se acercaba el Sábado, el primer día grande. Tan solo unas cuantas horas nos separaban de la primera clasificación que íbamos a vivir desde nuestros asientos en la tribuna B.
Aquí concluye la primera parte de nuestro viaje, la primera mitad de la grandísima experiencia que vivimos en el Gran Premio de España del año 2013, y hasta el momento el sabor de boca que el Circuit de Catalunya nos había dejado era realmente exquisito. Pero aún nos esperaba lo mejor. Dentro de una semana continuaremos desde donde lo hemos dejado hoy y pondremos el punto final a esta historia con la segunda y última parte de nuestra travesía. ¿Podréis esperar?
Eder Vega
Formula Paddock
29/04/2014
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